ESTRÉS, LA ENFERMEDAD DEL SIGLO XXI

Se le ha llamado la enfermedad de este siglo y la pandemia universal que pretende acabarnos a todos, la oscura y malvada cosa que ha llegado a causar estragos, arruinar el tiempo y todo se condensa en una cosa: la mente. El Cerebro tiene un poder sorprendente, estudios dicen que suele ser mas fácil para nuestra mente pensar negativamente que bien, estamos quizá estructurados a creer que lo malo tiene un poder mayor sobre lo benefactor y que la sensación de tristeza y vacío supera la de felicidad e integridad. Nadie esta exento a sufrir de este malestar que te cohíbe del sueño y hace vivir en un malestar rotundo y que a veces parece no tener fin, lo curioso de todo esto se esconde, en nosotros mismos, en nuestra mente, en el estilo de relajación que prefiramos y en darnos cuenta que la vida esta hecha para una cosa mas que cualquier otra: disfrutarla y que lo vital es el bienestar.


Se dan muchas curas, métodos y técnicas para lograr una disminución de los indices de estrés, depresión,  falta de sueño y malestares semejantes que acarrea este. Desde yoga, relajación hasta alimentación  bebidas y cuidados personales van en el sinnúmero de estas soluciones. 

La mas determinante según todos: esta en la misma mente, el dejar de desesperarse y situar tu mente en un estado de confort, comodidad y tolerancia. Tampoco es vivir una vida descomplicada y sin interés  es saber definir que debe importar y que no, que debe influenciar nuestra "buena vibra" y que debemos alejar aunque sea de la idea mental en el subconsciente.

Científicamente se ha comprobado que el estrés no es estrictamente psicológico  su llegada a nuestra vida puede fundarse ademas en malestares físicos que se conjugan en una de las tantas variantes que este tiene para instalarse en nuestras cabezas. Si somos lo suficientemente sinceros con nosotros mismos sabremos que todo momento de la vida puede ser estresante, si pensar en esto, aquello, pasado, devenir y el quizá  de igual forma entonces todo momento puede ser tomado como una experiencia y aprendizaje que aunque pueda generar un tipo de estrés momentáneo deba hacernos ver la vida con ojos de paciencia, tolerancia y porque no, positividad.

La vida esta llena de momentos tristes, es claro el saber superarlos, entenderlos, vivirlos y terminarlos, todo inicia y finaliza, así como no todo sera tristeza, tampoco felicidad, el ser calmados y centrados, sera la clave para lograr una mejoría  claro, esto a veces parece facil de decir, mas a la hora de hacerlo se convierte en una incomodidad sin fin, lo cierto es que no hay hecho que con la mente no se pueda realizar, de alguna manera u otra. 

Marie Morales, plantea una confortable técnica que me parece majestuosa de leer, apreciar y practicar, aqui va.


Cómo superar el estrés.

La vida no es una enfermedad. Y las contrariedades que ésta nos presenta son, como las alegrías, valiosas oportunidades de crecimiento. No son meros traumas o duelos que llorar y ante los que fustigarse y autovictimizarse. Son retos o tests ante los que ponernos a prueba, sacar fuera toda esa sabiduría silenciosa e invisible que guardamos dentro sin ni siquiera saberlo, y entrar en acción.




No hay que pasar el fin de semana haciendo puenting o apuntarnos a los simulacros de guerra para hacer de la vida una aventura. La aventura interior es más emocionante que cualquier montaña rusa de última generación, y nos está poniendo a prueba cada día, si queremos verlo.

Y sin embargo, todas estas aventuras no dejan de producir tensiones o estrés, que puede acabar controlando nuestra vida si no somos conscientes, lo miramos a la cara, lo vemos tal como es, y aprendemos a llevar las riendas, cuando toque, o a dejarnos llevar en el fluir de las cosas, cuando toque también.


1. Nadie es perfecto.

Nadie es perfecto. Asimila esto y ya habrás dado un primer paso de gigante.

Reconocer que no eres perfecto (a) te identificará con la "imperfección" ajena y te ayudará a aceptar que las cosas son como son, no como quisiéramos que fueran. Destensa las cuerdas, relaja tus expectativas respecto a tus ambiciones en el trabajo, las notas de tu hijo en el colegio, la comprensión de tu pareja y su habilidad para escucharte, o la eficacia con que organizas tu tiempo de superwoman. Relaja tus expectativas respecto al futuro, sobre todo, o el pasado que hubieras deseado tener. Si te concentras en disfrutar del presente sacarás lo mejor de él. Y la suma de los mejores momentos presentes siempre es inmejorable. Y como mínimo te llenará de satisfacción.


2. Ejercicio: más endorfinas, menos adrenalina y cortisol.

Las tensiones mentales producen también tensiones físicas, contracciones musculares e incluso dolor. Por eso el ejercicio, que consigue liberar tensiones físicas, nos ayuda a librarnos también del estrés. Pero además, hay que tener en cuenta los efectos fisiológicos, eléctricos (activa el sistema nervioso) y químicos (producción hormonal) del ejercicio.
Entre otras cosas, activa el sistema cardiovascular y respiratorio, llevando más oxígeno a nuestro organismo; aumenta la producción de endorfinas, la conocida "hormona de la felicidad", y reduce los niveles de adrenalina y cortisol, extremadamente dañino para nuestro sistema inmunológico. El resultado emocional es un estado de satisfacción que se ve favorecido además por la mejor forma física que encontramos no sólo en nuestra agilidad, reflejos y demás, sino en la misma imagen en el espejo: más estilizada (menos retención de grasas y agua), la piel más limpia, el cabello más sano, los ojos más brillantes. Y la sonrisa más radiante y natural.
La oferta es practicamente ilimitada y para todos los gustos: camina, nada, monta en bici, corre por el parque o la playa, practica el tenis, artes marciales, taichí o yoga; juega al fútbol o sal a navegar con el catamarán o la piragua, patina sobre hielo o aprende bailes de salón, aeróbic o cardio en la sala de máquinas. Completa la lista tú misma.


3. Relajación.

Actividad y relajación son dos caras de la misma moneda. El descanso nos permite liberarnos de los residuos químicos que el estrés deja en nuestro organismo, y recargar las baterías para seguir actuando con renovada energía. Pero lo más importante tal vez es la capacidad de recuperar nuestro centro, el equilibrio perdido bajo los efectos excitantes de los acontecimientos que llenan nuestra vida, ya sea de nuestro gusto o disgusto.
Relajarse puede ser la cosa más sencilla del mundo o bien la más complicada. Lo que es evidente es que, como todo lo demás, la práctica lo facilita.


a) Meditación. Empieza parándote físicamente y eso ayudará a pararlo todo. Observa tu respiración; si aún la encuentras agitada, notarás cómo y cuándo empieza a ralentizarse y a hacerse más profunda y completa. Escucha los sonidos que te rodean; huele los olores del aire que te envuelve. Si tu estado es un tanto agitado, preferirás sin duda un sitio tranquilo y silencioso, con aromas agradables (de lo contrario, las estridencias pueden alterarte los nervios más todavía). Si no lo es tanto, puede que te asombres de tu capacidad para aceptarlo todo (ruidos y melodías musicales; el perfume de las velas aromáticas y el olor de las comidas que asciende por la escalera) con la misma disponibilidad.
b) Actividades relajantes. Si prefieres actividades, busca tu propia forma de ralentizar tu ritmo: leer un libro de tu gusto, mirar una película, tumbarte al sol de la tarde en la playa y nadar, cuidar las plantas, cocinar, escuchar música... Puede que te interese saber que mientras el rock estimula el sistema nervioso (no siempre para bien) la música barroca activa el cerebro y reduce el estrés, y el vals o los adagios tienen el efecto de canciones de cuna relajantes. Puede que te interese saber también que mientras el color rojo es altamente energético y el amarillo activa las emociones, el azul y el verde inducen a la tranquilidad. Es cierto que cada persona reacciona a su manera ante las cosas, pero no está de más conocer ciertas tendencias que funcionan en general.


4. Aceptación: no juzgues tanto.

Para acabar este capítulo, cerramos el círculo en el mismo lugar en el que empezamos -nadie es perfecto. Aceptar las cosas como son cuando no hay manera de cambiarlas suele resultar una sabia actitud. Intenta evitar la crítica o la clasificación constante de las cosas que te rodean, y especialmente de ti misma. Las cosas, las situaciones, son como son y es absurdo plantearse constantemente si podrían ser mejores o peores. Existen y eso las hace queribles, como a las personas. Aplica conceptos como la tolerancia y el respeto a la diversidad a todo lo que existe, dentro y fuera de ti. Recuerda: no existe día sin noche.

y Recuerda!
  • La relajación ayuda a controlar el estrés. Los expertos señalan que es beneficioso llevar a cabo, al menos durante 10 minutos al día, ejercicio de disciplinas como el yoga o ejercicios de control corporal. 
  • No hay que descuidar la alimentación, que ha de ser variada. Los nutricionistas apuestan por una dieta que incluya frutas y verduras, además de cereales y arroz integral. 
  • Se aconseja el consumo de carne y productos lácteos no excesivamente grasos o dulces. · En la medida de lo posible, se recomienda eludir el abuso de alimentos enlatados y de platos elaborados con la harina blanca.
  • Tampoco se aconseja abusar de productos enriquecidos con nata, de embutidos, grasas, bollería industrial o bebidas estimulantes.
    Fuentes: http://crecejoven.com/psicologia--superar_estres
    http://bienestarysalud.cl/Salud/COMO-CURAR-EL-ESTRES-NATURALMENTE.html