Creer en uno mismo y desarrollar nuestro potencial es la base para la construcción de un mejor futuro favorable y propenso al éxito, en el que nuestros deseos y aspiraciones se vean reflejados en la realidad. Por todo ello es siempre necesario dar lo mejor de cada uno de nosotros y forjar cada día valores y principios. La responsabilidad y el amor por lo que hacemos con excelencia y calidad debe ser una constante que rija nuestra vida y nos haga siempre mejores personas. Es de suma importancia conocer nuestro entorno y saber de dónde venimos con todo el compromiso y gallardía por avanzar y hacer palpable todo aquello que ansiamos, esto no solo nos define como personas sino que permite también que nunca dejemos de soñar y trabajar por ello.
Aprender cada día de la vida, conocer nuestras aptitudes y en que somos buenos es esencial para desarrollarnos como mejores seres humanos, con disposición de progresar y superación. Nuestras convicciones deben siempre hacerse presentes y a partir de estas construir nuevas plataformas para crecimiento personal, intelectual, del trabajo y en general todo un proceso integro en el que cada área de nuestra vida esté cimentada bajo sólidas y consistentes bases en las que el seguir adelante sea siempre una herramienta estructural. Esta herramienta no debe ser secundaria si no una raíz fundacional de lo que somos y queremos lograr, de esta forma volvemos parte de nuestra cotidianidad los sentimientos de superación y progreso.
Construir la mejor versión de nosotros mismos significa examinarnos en todos los niveles y aspectos de nuestra vida y buscar la manera de que en cada uno de esos aspectos nazca una idea de propulsión que vaya siempre en pro de la mejora, del avance y del ser mejores, de no ser mediocres y de un deseo vivaz no por pasar por encima de los demás, sino de ser la mejor persona posible y que trate a los demás como quiere ser tratado. Por ello el buscar ser mejores nunca debe ser influenciado por soberbia, ganas de superioridad y ego, si no por un sentir de aportar a la comunidad, de amabilidad, de humanismo y de integridad. Obviamente en el proceso no vamos a caer bien a todo mundo pero tratar de ser mejores personas implica también ser tolerantes y respetuosos con los demás así no compartamos sus ideas o pensemos igual, pues esto hace parte de una inteligencia emocional que también debemos llevar en práctica en todo momento.
Al momento en que somos una mejor versión de nosotros mismos y entendemos que es un proceso que nunca acaba y tiene continuidad valoramos más a los demás y a nosotros mismos como personas. La construcción de esa mejor versión siempre va a estar en un contexto en el que aunque se nos presenten problemas o incidentes tengamos la resiliencia y el carácter para no dejarnos vencer y proseguir siempre al objetivo, es más, cada momento de oscuridad debe hacer más eficiente la proyección de un rumbo concreto y trazado con certeza y tenacidad.
A veces es necesario tomar riesgos y tantear un terreno con la posibilidad de llegar a nuevos logros y ampliar todo nuestro panorama. Nuestra autoestima debe fortalecerse y pese a lo que pueda suceder debemos tenernos en buena estima y superar aun el qué dirán de la gente alrededor. Cuando creemos en nosotros mismos y entendemos que es posible lograr lo que queremos con constancia, excelencia y fe todo se hará mejor. Por ello debemos ampliar nuestros conocimientos, no dejar de estudiar y aprender, de leer, de amar la vida y de estar siempre en la búsqueda de esos sueños que aunque para otros pueden parecer imposibles o incluso sean causales de burla pueden hacerse posibles cuando se convierten en nuestro objetivo puntual y ponemos todo en pro de ello, con persistencia, firmeza, empeño, paciencia, perseverancia y tesón.
Por todo lo anterior se hace crucial tener en cuenta varios aspectos:
• Nunca dejar de creer en nosotros mismos
• Dar siempre lo mejor de sí
• Tener grandes sueños y luchar por ellos
• Mirar hacía el éxito y tener objetivos claros
• Ser consistentes
• Ser tenaces
• Ser persistentes
• Ser buenos seres humanos
• Aprender cada día cosas nuevas
• Construir cada día lo que queremos lograr
• Buscar la excelencia como una pieza siempre presente y que defina nuestra personalidad
• Estar preparados siempre para nuevos logros y objetivos
• Observar cada área de nuestra vida y buscar mejorarlas
• Amar la vida
• Vivir con propósito
El aprendizaje será siempre asiduo y se debe convertir en parte de nuestro día a día, aprovechando todo en nuestro entorno y potenciando en todas nuestras posibilidades todas las herramientas que tenemos y pueden sernos muy útiles. Si persistimos y no nos damos por vencidos veremos realizados todos esos sueños que antes estaban en nuestra mente y ahora podremos ver y palpar y entonces sabremos lo importante de creer en uno mismo, ser constante, luchar por ello y siempre, pero siempre, construir una mejor versión de nosotros mismos.
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