ARTURO, EL TAXISTA DEL 9 DE ABRIL DE 1948

Contexto histórico: 9 de abril de 1948 (Bogotazo y consecuencias)

La siguiente es una historia ficticia basada en hechos que sí fueron reales. La ficción transcurre en medio del 9 de abril de 1948 en la ciudad de Bogotá, Colombia. El mismo día en el que es asesinado el emblemático político Jorge Eliécer Gaitán.

Personajes
Arturo: Taxista bogotano 
Jorge Eliécer Gaitán: Líder político
Hermana de Arturo


Era la mañana del 9 de abril de 1948. Otro día más de trabajo para Arturo. Aquel día despertaba a las 5 de la mañana y se aventuraba a otro jornal más. Era viernes así que sabía que en la noche habría movimiento. En ese día tenía lugar la conferencia panamericana y Arturo sabía bien que con tanto político extranjero tendría posibilidades de transportarlos y tener una conversación con ellos. Era posible que algunos tomaran taxis y pasearían por Bogotá. Arturo era liberal de vieja data, se informaba de lo que decía la radio y la prensa. Amaba las movilizaciones que hacían frente al gobierno y veía en Jorge Eliécer Gaitán el florecimiento de los ideales liberales en todo su esplendor. Arturo se había decidido, ese día se movilizaría por los hoteles donde sabía que los extranjeros se asentarían. Estaba dispuesto a hacerles ver su descontento con que no hayan invitado a Gaitán a su evento. También estaría cerca del capitolio nacional, estaba decidido a por lo menos mirar que sucedía en la cercanía. 


Eran las 7:30 a.m. Arturo se posiciona en frente de la casa de Gaitán. Arturo sabía que el líder iba camino a su oficina, sin la más mínima esperanza de que el político se desplazara en su taxi, Arturo al verlo salir le saluda fuertemente, le dijo que estaba con él y animaba a derrotar al gobierno conservador, para él Gaitán era la esperanza del país. Gaitán lo mira perplejo y sonriente. Le dice gracias y se dispone a ir a su oficina, abrumado por el cariño Gaitán se decide en ir a su lugar de trabajo en el taxi de Arturo y no en su transporte particular. A las 8:30 am llega. Conversan sobre política y Arturo le expresa su afecto y apoyo, le indica además que se quejará con todo invitado a la cumbre que vea sobre su exclusión en dicho evento de índole internacional. Gaitán le sonríe nuevamente agradeciendo el apoyo y entra a su oficina.  Al medio día Gaitán sale de una reunión y se dirige el hotel Continental a almorzar. Baja del segundo piso del edificio Agustín Nieto donde quedaba su oficina.


Arturo sigue su trayecto habiendo transportado por fin a personal de la cumbre de políticos. Durante el camino les habla de como el gobierno había arreglado la ciudad en tiempo récord solo por su presencia y como tenía al país hecho un caos, todo era un maquillaje temporal en su opinión. Entre los pasajeros un par de estadounidenses le reprochan su apoyo a Gaitán y dicen que el socialismo acabaría a Colombia. Arturo se enoja y les anuncia que los gringos como ellos no conocían la realidad del país. Les hace ver que las brechas sociales eran más grandes que la distancia entre su país y Colombia. Luego de dejarlos en el capitolio, Arturo empieza a escuchar mucho ruido. Ya era la 1 de la tarde, se escuchaban disparos y se veía un tumulto de gente arrastrando un cuerpo con dirección al capitolio. Arturo sale de su taxi y empieza a ver como varios edificios emblemáticos de alrededor empiezan a ser quemados y grita preguntando que ocurría en la ciudad. De inmediato empieza a ver como el cuerpo de un joven es arrastrado por la calle desnudo y con solo una corbata sobre su cuello. De pronto vuelve a exclamar buscando respuesta a lo que veía. No podía entender como movían ese cuerpo por la calle. En cercanías escucha una voz que le aseguraba la noticia que han matado a Gaitán. También le afirman que una bala en la nuca y dos en la espalda habían acabado con la vida del caudillo.


Arturo entra en shock y no puede creer lo que ha escuchado. Justo esa mañana había saludado a Gaitán y lo había transportado en su taxi. Arturo queda estupefacto y con su carro empieza lentamente a ver el panorama, aprecia los disparos y fuegos en la ciudad. Mira el capitolio, las calles y todo alrededor. Se levanta enfurecido y se une a la turba. Con una pasión dentro de su corazón liberal grita a más no poder y llora la partida del caudillo colombiano. El sentir de la injusticia que había ocurrido turbó el corazón de Arturo. De inmediato ve que la gente se dirige al Palacio de Nariño a llevar el cuerpo y se une a ellos. Por la cantidad de personas sabe que no puede seguir en su auto y sale de este cerrándolo bien. Se une a la turba. La corta distancia entre un lugar y otro hace que más gente se una y dejan el cuerpo de Roa en la puerta del palacio presidencial de Colombia. Arturo le grita al cuerpo con gallardía y mucho coraje. Indica que se había cometido el asesinato del siglo. Esa frase de Arturo tomaría una gran connotación. El periodo de violencia acaecido en Colombia desde aquel 9 de abril se extendería y tomaría toda la década de los 50s y más allá. En aquel día se destruyeron 142 edificaciones del centro de Bogotá. Un tranvía que pasaba justo frente al Capitolio fue quemado y ardía en llamas como simbología del ardor inagotable de los liberales en el país. La violencia bipartidista sería siempre un presente en el acontecer nacional.


Luego de ver el cuerpo de Roa en el suelo herido y con hematomas por los golpes, una idea cobra fuerza en la cabeza de Arturo, reflexiona y le entra la duda. Empezó a considerar que algo más había detrás de todo esto. El pensar que Roa no había actuado solo nubló la mente de Gaitán. Para él era el gobierno o la influencia extranjera, la culpable de todo. Finalmente, Arturo se dispone a volver a su auto, luego de estar fijamente mirando hacia Roa  por unos segundos y hacia la nada al mismo tiempo. Descubre que su taxi ha sido quemado en medio de la trifulca popular, en vez de gritar de desconsuelo, Arturo sonríe y piensa que si eso servía de algo que fuese para hacer saber al gobierno que el pueblo había despertado y que el fuego de su carro encendido representaba el clamor de muchos. De pronto se dirige al palacio de justicia, dentro de este trabajaba una hermana en el área de servicio y Arturo se disponía a verla cuando de un momento a otro estalla este edificio y su cuerpo cae muerto en las explosiones contra este icónico edificio emblema del país. El peso letal de la explosión acabó con la vida de Arturo y destruyó en su totalidad el palacio que se hallaba hasta aquel 9 de abril ubicado en la calle 11 con carrera 6ª, el portentoso edificio fue demolido y trasladado a la plaza de Bolívar. Destruido nuevamente el 6 de noviembre de 1985 por la toma del M-19 a sus instalaciones y reconstruido hasta su apariencia actual.


Notas finales: El cuerpo de Gaitán fue sepultado en la sala de su casa y al tiempo llevado al patio de la misma. La operación pantomima es una teoría conspirativa que afirma que Gaitán fue mandado a asesinar en una operación secreta de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos. Es una teoría que es aprobada y defendida por la hija de Gaitán, Gloria Gaitán, quien actualmente cuenta con 82 años. El 9 de abril de 2017 al cumplirse un año más del magnicidio de su padre, la hija del caudillo acusó a Álvaro Uribe Velez de perseguirla políticamente y favorecer el silenciamiento de su creencia en la operación pantomima.
En 2020 se han cumplido 72 años del asesinato y siguen existiendo diversas teorías sobre este asesinato que ha pasado a la historia imborrable de Colombia.







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