Por otro lado, la lógica del dibujo aplicada en las matemáticas resulta de gran utilidad para analizar las magnitudes y propiedades de cuantiosas variables acelerando así el proceso de aprendizaje de un estudiante, ya que puede a través de los trazos, perspectivas y proporciones geométricas razonar ordenadamente, seguir secuencias lógicas y desarrollar su pensamiento crítico y reflexivo. Además, la interacción directa con representaciones hechas sobre una superficie hacen que el estudio de entes abstractos como los números, los símbolos y sus relaciones se aborde de forma íntegra, ya que se pasa de la teoría a la práctica de forma inmediata con su correcta aplicación.
En ese sentido, la práctica del dibujo permite estudiar con mayor detenimiento conceptos matemáticos que fungen como herramientas de razonamiento lógico que permiten dar resolución a todo tipo de problemas vinculados a las ciencias exactas. Adicionalmente, este aprendizaje resulta oportuno para llevar a cabo de forma efectiva competencias dentro y fuera de las disciplinas matemáticas. Es decir, a través del dibujo se puede facilitar, en gran medida, el desenvolvimiento profesional e intelectual de una persona en diversas facetas.
En definitiva, cuando la lógica matemática y sus métodos de razonamiento se plasman a través del dibujo se logra un incremento de las posibilidades de que los ejercicios sean entendidos de mejor manera y que quienes lo aplican se nutran de estrategias acertadas para establecer nuevos conocimiento a través de la práctica de dibujar. Se trata de un elemento fundamental y de gran trascendencia que puede implementarse en todos los niveles educativos trayendo grandes beneficios tanto a corto como a largo plazo.
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