PROBLEMÁTICA EN LAS CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES SOBRE EL LLAMAR A COLOMBIA (Y AMÉRICA FINALMENTE) COMO UNA TEMPORALIDAD INTRÍNSECAMENTE CONTEMPORÁNEA

La Historia en su constante e insistente diálogo con las ciencias que la hermanan busca siempre debatir y repensar paradigmas desde su punto de partida. Hoy recurrimos a esta entrada para introducirnos en un contexto que inicia justo antes de ese evento de 1492 del que tanto leemos, escuchamos y hablamos. El momento del encuentro de dos mundos que tiene lugar entre la hoy América y el viejo continente se convierte así, en no solo una efeméride importante y hecho del cual se harán múltiples e infinitos estudios, sino además un punto estratégico en la forma en la que se va a escribir y concebir al nuevo mundo que se insertaba en el fastuoso y hoy conocido modelo de civilización europeo. Es ese modelo civilizatorio, que inicia más bien como un arquetipo económico extractor además de propulsor de la ideología religiosa cristiana, el que se convierte en un vínculo de relaciones permanentes.


Así pues, todo lo que hoy conocemos como América era claramente en la época precolombina un lugar lleno de innumerables civilizaciones que se configuraban en un estilo que divergía mucho del prototipo de los colonizadores. La escritura, que se hace imprescindible para la divulgación de los métodos historiográficos y que permite la prevalencia de los hallazgos y legados era casi nula en las sociedades ágrafas, donde el poder de la imagen, las esculturas en piedra y piezas de oro eran lo que más debía entonces interesar. Como sabemos parte de estas piezas fueron a parar a Europa, otras reposan hoy en museos y centros culturales. Pero lo que hace finalmente eficiente el acto de historiar es el proceso de escritura que llega en su forma más amplia (sin olvidar algunos tipos de simbología semejante a escritura precolonial) desde Europa. 


Al insertarse en un proceso de civilización en medio del desarrollo de la apuesta colonizadora, se da la entrada de españoles en el caso colombiano para establecerse en este territorio. La esclavitud con sus integrantes traídos de África en toda su plenitud, el trabajo indígena y la disposición al servicio del Rey y los Virreyes en cada virreinato hace imprescindible enmarcarse en una jerarquía social, que cada vez más buscaba ser una Nueva España (como curiosamente ocurrió en los nombres de cada Virreinato, en nuestro caso: Nueva Granada). La llegada de reformas como la de los Borbones incentiva de inmediato un sentimiento de sometimiento y beneficio en donde ser leal al Rey daba prestigio, cargos públicos y gozar de un buen nombre. En este contexto entonces llega a estas tierras la grande Ilustración, una de las corrientes que más beneficiaría el crecimiento ideológico e intelectual de las elites criollas. Con todos estos adelantos que a decir verdad llegaban un poco tarde, pero comprensible al nuevo mundo, se crean grandes retos y perspectivas a cumplir por las grandes familias criollas que como sabemos empezaban a sentir el deseo de independencia. Pero este proceso es mucho más amplio y resumirlo en muy poco se hace necesario a la hora de entender que esta reflexión hecha texto, se argumenta en el debate que hoy tenemos, que realmente para la historia no está siquiera en necesidad de ser evaluado, cuando el solo llamarse contemporáneos ya hace cierta gracia y razón de peso para carcajadas en tertulias. 


Con las guerras independentistas en su apogeo y su logro final, se impone un nuevo momento en las Américas, que empiezan a pensarse como Estados Nacionales en los que el deseo de unidad se hace contrastante con las marcadas diferencias entre unas regiones y otras. Lamentablemente tener que agregar en este momento la quema de documentos de sumo valor, luego del triunfo criollo sobre los Europeos es necesario como recorderis siempre presente de un momento donde la historia del pasado quería ser desligada de ese presente emancipador, victorioso y grande. Casos como el de Cartagena y la desaparición de miles y miles de documentos tanto legales como de la Inquisición son notables para tener hoy en cuenta. Una pérdida de documentación que para este texto subestimamos en amplitud irónicamente por la carga que significa para el análisis de ese pasado histórico y por la prontitud de querer sumergirnos más en la problemática a debatir.


La Instauración de las jóvenes repúblicas que apenas en el Siglo XX llegaban a su centenario en su mayoría es una razón más que importante para iniciar este debate. Mientras que Europa avanzaba y retrocedia, vaya disyuntiva, América buscaba en su mayoría fortalecer sus aparatajes políticos y su sentimiento patriótico. El declive Europeo con las dos Guerras mundiales, sobre todo la segunda, viene a ser entonces la muestra imperante de que esa civilización no iba a donde se creía, o donde se creía llegaría era ahora una utopía. Ese sinónimo de progreso que América deseaba seguir, entonces no parecía ahora ser tan brillante. Aquí se podría argumentar fácilmente que América tuvo una ventaja, al apreciar lo que podría ocurrir en la mirada más objetiva del progreso Europeo, sin embargo es también un punto de inflexión, al analizar que para ingresar plenamente a ese modelo lo que faltaban eran años y años en cantidad. Lo que en Europa costó milenios orquestar, no va a ser obviamente realizado por América en pocos siglos. Una razón más que clara para denotar entonces esas diferencias en la temporalidad histórica. Como resalta Hermes Tovar Pinzón en el caso de Colombia: la lenta ruptura con el pasado colonial


Entendiendo las diferencias entre el contexto Americano y el Europeo se hace obvio entonces indagar sobre cómo adelantar en pasos y querer situarse en un modelo más novedoso, pues independientemente de los días actuales en los que la tecnología impera tanto alla como aca, es obvio que los procesos de esa anhelada modernidad si que han sido muy diferentes. Dando por hecho que ya pasó en Europa y que posiblemente entremos algun dia en America, si no es que ya estamos como argumentan algunos eruditos. Esta separación de ideas es la que enriquece el debate y hace fundamental entender los contextos. 


Este debate, que en verdad nace en la Historia y de allí se plantea en todas las Ciencias Humanas llega hasta las Ciencias Sociales y demás haciendo gran hincapié en las transformaciones de cada una de las sociedades de estudio y su nacimiento como sociedades que empiezan a ser estudiadas, lo cual obviamente en América es novedoso y no ocurre hasta ese momento de 1942. Es decir, tenemos constancia por lo menos en el imaginario colectivo de que las civilizaciones nativas americanas no estudiaban a otras sociedades cercanas o lejanas para entender sus latitudes más mentales, sería fácil decir que si algo analizaron seria en pro de un beneficio corporal, más que intelectual y crítico, como lo puede ser claramente la obtención de recursos y comida. No imaginamos ahora a un indígena de esta época filosofando, pensando críticamente o queriendo llenar un vacío en el saber intelectual, lo cual puede ser quizá un acto de subestimación por estas culturas nativas o simplemente entender que en medio de una ignorancia del mundo más urbanizado era algo que no tenía importancia en su medio. Si hoy conocemos en gran parte al conocimiento científico como sinónimo de desarrollo y avance para cualquier sociedad, es entonces comprensible porque se denotaba a esos nuevos seres vistos desde la perspectiva europea como salvajes e incivilizados.


Es esta separación crítica e intelectual, el realmente punto de quiebre más importante de toda esta separación. Pues mientras que en Europa ya se daban las grandes Universidades y centros de pensamiento, estudio y crítica, en América se empezaba a gestar apenas un proceso de reconocimiento como seres a los que debe importar estudiar, ilustrarse y educarse. Es que solo pensar que en 1492 en Europa ya se debatían grandes temáticas de interés académico, mientras que en América se daba un encuentro con tribus con formas de vida en las que imperó siempre la supervivencia, la habilidad para la caza y la pesca, sobre cualquier interés en el saber, es algo defraudante, por lo menos concibiendo hoy la importancia al Conocimiento que creemos se merece. Resaltan Autores como Margarita Serje que mientras en Europa se avanzaba en grandes avatares de la Ciencia, en los Virreinatos los criollos que ya habían recibido la ilustración, se creían sabios, doctos y lectores de toda ciencia, cuando les fue amonestado por los Españoles recién llegados su poca sapiencia y su pobre análisis. Pues lo que habían aprendido no era nada comparado con el gran compendio de estudios que se veían en Europa. Es decir la primera arista fundamental para el análisis de este debate es: El Conocimiento Científico e Intelectual.



Estando muy en claro la problemática intelectual que diferencia históricamente a ambas zonas, es claro ahora resaltar otro punto del debate: Los procesos de maquinaria, fábricas e inicios industriales, es decir: El Crecimiento Económico. Obviamente a América lo sucedido en Europa con sus grandes revoluciones como la Francesa y la Industrial en Inglaterra empieza a tener eco, desde las independencias, como la legitimación de los derechos más adelante, esto permite también abordar toda esta lógica en una dimensión económica y entramos inclusive al gran discurso de la Burguesía y el proletariado. Que como sabemos en América tuvo fisuras y contextos muy diferentes en los cuales las clases sociales partieron más bien de los discursos raciales imperantes en Europa y el oficio que se debía desempeñar. La Llegada de la clase obrera, la campesina y la mano de obra joven potenció modelos de trabajo y económicos que intentaban equipararse a los logros europeos pero enmarcados por el contexto de estar en casos como el colombiano en naciones pobres, donde la supremacía de las grandes fábricas es industria no llegaría plenamente y se instituirian mediante acuerdos e inversión extranjera pero muchos años después. Las minas, yacimientos y las Azucareras en el caso colombiano vinieron a ser gran parte del sustento del país. La implantación de la clase artesana fue fundamental para el nacimiento de nuevas clases sociales que empezaban a tener más notoriedad en un estado que requería nutrirse tanto de ideología como de finanzas. El Modelo de impuestos dejado por la monarquía en parte siguió, amparado como sabemos en las legislaciones que la república gobernante demandaba. Más adelante la inserción de cada Estado a la Economía Mundo se haría vital, situación en la que casos como el de Estados Unidos ya formado es muy diverso a la América hispana. Germán Colmenares, Jaime Jaramillo Uribe, Hermes Tovar Pinzón, Jorge Orlando Melo, Jesús Antonio Bejarano, José Antonio Ocampo, Joaquín Bernal, Mauricio Avella y María Errázuriz analizan toda esta variante económica en el caso colombiano.


La Política, como tercera arista de este debate no puede nunca pasar desapercibida, logra un carácter fundamental. Para el caso de Colombia, inicialmente: El Virreinato de la Nueva Granada pasa a ser República ya instituida y recordada hoy como la Gran Colombia, luego República de Nueva Granada, más adelante ser Confederación Granadina y luego Estados Unidos de Colombia (momento federal) para finalmente constituirse legalmente como República de Colombia. Desde el inicio de este proceso hasta ser Republica de Colombia, ya se han separado Venezuela, Ecuador y Panamá. La legislación que empezó a existir en Colombia con la instauración de las constituciones y los diversos momentos como el afrontar un cambio del centralismo al federalismo y posterior regreso al inicial se hace vital al presentar como en el caso colombiano se da una inestabilidad constante del poder. Durante todo el siglo XIX, es decir a nada de ser concebida como Estado Nación el país vivió problemáticas de fraccionamiento regional e ideas dejadas por la colonia que no salían del acontecer diario del país. Partidos Conservador y Liberal disputándose el poder y de guerras en guerras. 


El Siglo XX inicia además de la mencionada separación de Panamá y obviamente instauración de idear las relaciones con el ahora país hermano, con nuevos órdenes legislativos, judiciales y territoriales. En este caso es importante señalar que al igual que la mayoría de la América hispana (guardando los contextos) Colombia vivió procesos de adaptación. Todas las nuevas repúblicas instauradas en el cono sur, centroamérica y México estaban emergiendo en un modelo de entrada política a los estándares internacionales. El fortalecimiento de leyes y acatamiento a órdenes como La declaración Universal de Derechos humanos fue crucial. En definitiva la política en esta América está aún en momentos de cambio y es una pieza de mucho peso a la hora de reconocer hoy la desventaja en cuanto a experiencia y años de estos estados frente a los demás del mundo. Una razón más para entender que no estamos en el mismo tiempo históricamente hablando. Las coyunturas divergen una de la otra. Es quizá Braudel y su corta, mediana y larga duración lo que nos acerque más a este análisis. 


La Cuarta Arista de este debate se centra en la Civilización Emergente y su Comportamiento Social. Nuevas disposiciones culturales llegaron como la adopción de normatividad de comportamiento social, cada Estado Nación Americano obligaba ahora aun en dispositivos legales un Orden Social cívico y correcto, que se encaminase en un correcto uso de espacios públicos, calles, iglesias y plazas de mercado. La Llegada de Manuales de Urbanidad como el de Carreño, viene a ser en Colombia toda una revolución en el comportamiento. Donde se pasa de una legislación a especificidades no legisladas como modos de usar utensilios en la mesa, vestido o cabello. Las grandes señoras y mujeres de sociedad, empiezan a involucrarse más en reuniones sociales y efervescen como nunca las clases de Glamour y Etiqueta. Los hombres de sociedad también son centro de atención en su habla, vestimenta y actitudes. Todo lo que sea inculto e incivilizado merece repudio y hasta pena. El Modelo Europeo situaba a las buenas formas y costumbres como una fuente importante de progreso, relaciones sociales y avance. Ciudades como Medellin y Bogota en Colombia comenzaban a asemejarse cada vez más a esas urbes europeas de la época. Inclusive la vestimenta era copiada a exactitud. Paris era vista con deseo, elegancia y digna de ejemplo. Las ciudades más costeras del país se diferenciaban de las más centrales, aunque es claro señalar el factor del clima como una variante significativa, es decir no se podía vestir telas fuertes con chaqueta y corbata en una ciudad con mucho calor. Para estas habia tambien formalidades que adaptaban telas más adecuadas al ambiente. El Lino y la seda comenzaron a ser más apetecidas y vestirse bien comenzó a ser indispensable.


La Quinta Arista no podría ser otra que el Arte y Música en todas sus presentaciones. En América este puede ser uno de los factores que si propicien más aliento, pues pese a no existir un arte culto como el concebido en Europa, grandes pintores comenzaron a tener renombre e importancia. Más adelante y con las extracciones de oro americano que iba a parar o a pago de deudas de España o a grandes catedrales e Iglesias se evidenció la importancia de lo artístico. Indiscutiblemente el nexo entre el Arte y lo religioso fue inseparable en sus inicios y el inicio del uno, solía marcar la eminencia del otro. La Música por su lado también tuvo gran acogida, en cuanto se adecuaba más a las grandes fiestas de salón y reuniones. Otros tipos de música como la de legado africano fue vital en casos como el Caribe e incluso como sabemos en las costas colombianas y demás países continentales de la región. 


En paralelo con lo culto, los vestigios arqueológicos y piezas precolombinas inicialmente no tenían gran valor para los coterráneos, luego las que quedaban en estos territorios como sabemos empezaron muy lentamente a ganar un papel nacional y en la consolidación de los Estados Nacionales un carácter patriótico y posteriormente artístico. Quizá esta arista aun con el problema de que el Arte precolombino fue truncado por las relaciones con los llegados de tierras lejanas, es una de las que mejor librada sale al tener en cuenta que la mezcla de culturas fructificó en grandes muestras de arte, aún sin intención de querer crearlo para los locales en magnificas apreciaciones que aún hoy son miradas con gran asombro. A la par de esta las construcciones peninsulares en casos como el de Colombia en un inicio no fueron apreciadas por el mal recuerdo del sometimiento, sin embargo más adelante y no solo hasta fines del Siglo XX logran un carácter más apreciado, turístico y cultural, como las Murallas de Cartagena, sus baluartes y Castillos como el de San Felipe de Barajas declarados por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.


El debate continúa y este trabajo ha buscado agregar puntos decisivos, cruciales y claros al interés del crecimiento del mismo. Desde una óptica histórica y antropológica analizando razones coyunturales por las que la discusión es tan importante y llena de gran satisfacción. Comprendiendo las vicisitudes y características especiales de América frente a el resto del mundo que ya era conocido por las civilizaciones que hoy llamamos más avanzadas. Tambien se presentó un balance analitico entre lo que se considera Progreso desde una óptica occidental y la problemática que ha vivido no sólo desde las dos guerras mundiales sino además por el gran daño ambiental y ecológico que causa esta concepción hecha práctica. Además de lo anterior se buscó precisar e indagar en las aristas que potencian el estudio histórico y que converge a todas las ciencias abordando una mirada tanto a los aspectos políticos, como económicos, sociales, culturales, artísticos y religiosos, teniendo muy en cuenta el contexto y especificando especialmente en casos como el colombiano, por ser el país desde el que se realiza este texto. 


Finalmente la conclusión más sugerente sería decir, que estando ambas latitudes cronológicamente (la Americana y Europea) en el Siglo XXI, La primera está aún en un proceso indeciso entre lo que sucede a la Colonia en firme y su proceso republicano, mientras la otra ya ha vivido muchas historias que contar, coyunturas que seguir analizando y procesos milenarios civilizatorios. Es decir llamar a Colombia Contemporánea en el sentido innato de la palabra podría ser un error garrafal al tener en cuenta que aun el proceso de la modernidad como tal, está en duda. Decimos Colombia Contemporánea entonces para referirnos al momento actual que vivimos, al presente, al hoy, más no a ese modelo de temporalidad más histórico que define a cierta cantidad de años, que según algunos, llegó a colombia desde el Siglo XIX, cuando aquí muchos hoy debaten cómo salir del postcolonialismo.


Afirmar lo anterior, también nos inserta en una nueva problemática, y esa es: hasta qué punto podemos decir entonces que los procesos milenarios, que de seguro también se llevaron a cabo en las hoy América y por supuesto Colombia, no son igualmente civilizatorios y muestras de un avance a otra escala? Pues definir la superioridad Europea en cuanto a civilización, avance y urbanidad nos sitúa entonces en un parámetro que estudiamos a partir del ejemplo Euro, es decir a partir de su parámetro. Dejando así en claridad nuestra predilección por el modelo más conocido, el más estudiado y aprobado. Porque mirar un avance en técnicas más naturistas, indigenistas y nativas, nos hace caer en la idea de que este proceso se vivió hace milenios en la hoy Europa, bajo otros contextos, claro esta, pero de que así inicio, asi fue. Curiosamente en el presente, el futuro no se concibe sin la apropiación de técnicas ecológicas y ambientales, amantes de la naturaleza y su protección. Será este un llamado a encaminar los pasos a una nueva vía de lo que vemos como progreso, avance y desarrollo? ese ya es otro debate, un debate que en verdad, si que nos incumbe a todas las ciencias.





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