Mariano Ospina y José Eusebio Caro en una declaratoria expresaban orgullosos que el Partido Conservador es el que reconoce y sostiene el programa siguiente:
- El orden constitucional contra la dictadura
- La legalidad contra las vías de hecho
- La moral del cristianismo y sus doctrinas civilizadas contra la inmoralidad y las doctrinas corruptoras del materialismo y del ateísmo
- La libertad racional en todas sus diferentes aplicaciones contra la opresión y el despotismo monárquico, militar, demagógico, literario, etc, etc.
- La igualdad legal contra el privilegio aristocrático, oclocratico, universitario, o cualquier otro
- La tolerancia real y efectiva contra el exclusivismo y la persecución; sea del católico contra el protestante y el deísta, o del ateísta contra el jesuita y el fraile, etc.
- La propiedad contra el robo y la usurpación ejercidos por los comunistas, los socialistas, los supremos o cualesquiera otros;
- La seguridad, contra la arbitrariedad de cualquier género que sea;
- La civilización, en fin, contra la barbarie.
En consecuencia, el que no acepta algo de estos artículos no es conservador. [1]
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- El orden constitucional contra la dictadura
- La legalidad contra las vías de hecho
- La moral del cristianismo y sus doctrinas civilizadas contra la inmoralidad y las doctrinas corruptoras del materialismo y del ateísmo
- La libertad racional en todas sus diferentes aplicaciones contra la opresión y el despotismo monárquico, militar, demagógico, literario, etc, etc.
- La igualdad legal contra el privilegio aristocrático, oclocratico, universitario, o cualquier otro
- La tolerancia real y efectiva contra el exclusivismo y la persecución; sea del católico contra el protestante y el deísta, o del ateísta contra el jesuita y el fraile, etc.
- La propiedad contra el robo y la usurpación ejercidos por los comunistas, los socialistas, los supremos o cualesquiera otros;
- La seguridad, contra la arbitrariedad de cualquier género que sea;
- La civilización, en fin, contra la barbarie.
En consecuencia, el que no acepta algo de estos artículos no es conservador. [1]
Cabe señalar aquí también el llamado “Programa
político de la iglesia” escrito por el Cardenal Pie y que en Colombia se
replica en prensa:
“Sin perder de vista ni sacrificar
ningún principio, la iglesia sabe cuáles son sus deberes respecto a los poderes
establecidos. No basta sólo al sacerdote predicar y practicar la sumisión; está
en sus tradiciones darle la benevolencia y su concurso… Para la conciencia
clara del ministro de la iglesia, la hostilidad a los gobiernos no es posible,
porque sería contra el espíritu de la iglesia, que es un espíritu eminentemente
sufrido y conservador, y que aunque se acomode a ciertos actos y ciertas
tendencias del porvenir, no llega al desconocer el bien que puede hacerse al
lado de la autoridad existente. Los hombres del mundo, extraños a la enseñanza
de los libros santos y al pasado de la historia del cristianismo, suponen sus
propias pasiones y sus propios excesos en los hombres del santuario.
Acostumbrados como están, a hacer oposición a los poderes que les rigen o que
no satisfacen sus caprichos, creen que el Padre hará lo mismo. Están en un
profundo error. Familiarizados con las doctrinas reveladas y con las oraciones
de la santa iglesia, cada día pedimos en sincera plegaria, la paz de las
naciones y la salud de los que la gobiernan, sabiendo que la vida tranquila es
útil al desarrollo de la piedad.”[2]
Por las razones previas no es sorpresa que en
Bolívar para 1892 y por resolución oficial aprobada por unanimidad en asamblea
departamental se consagrase al ya mencionado departamento al sagrado corazón de
Jesús. La razón se dispone públicamente y se informa que: “considerando que el
pueblo de Bolívar es esencialmente católico; Que la Asamblea Departamental,
representante de ese pueblo, cumple con un deber al reconocer, como reconoce la
soberanía social de nuestro señor Jesucristo resulte consagrar el Departamento
de Bolívar al Sagrado Corazón de Jesús.”[3] De
hecho también era usual publicar las alocuciones del papa de turno de la
iglesia católica en rotativos locales. En Cartagena se leían las disertaciones
de León XIII en español y sutilmente se contextualizaba con un tinte político
nacional. Los discursos del papa eran constantemente reiterativos abogando por
lo que consideraba una persecución a la iglesia en estados que cada vez se
alejaban de esta en pro de unos derechos laicos.[4]
También sus encíclicas eran publicadas en prensa nacional donde hacía mención a
la defensa y preservación del catolicismo en el mundo.[5]
Mientras que los liberales vivían una fuerte
temporada por ser oposición, las filas conservadoras estaban en el esplendor. A
su triunfo como colectivo y la entrada de su hegemonía hay que sumarle la
anexión de muchos liberales no radicales que habían entrado antes a ser parte
del Partido Nacional y que ahora se unían al conservatismo. Por solo mencionar
algunos hallamos a: Luis Felipe Angulo, Benjamín Noguera, Benjamín Baena, y
Antonio Araujo.[6]
El conservatismo ahora en el poder miraba al
liberalismo no solo como oposición sino además como intolerantes e incluso como
un partido inconstitucional integrado por parias o ilotas. Las viviendas de los
liberales eran objeto de constantes pesquisas y visitas por los sabuesos
oficiales del estado. Pese a que como se ha mencionado previamente algunos
liberales en Bolívar siguieron hasta cierto punto con una presencia de poder
y/o política hallamos que en muchos casos tanto a nivel departamental como
nacional (sobre todo nacional) no se les permitió la entrada a las asambleas
departamentales ni a ningún puesto público, ni siquiera a cátedras en la
universidad o algún colegio oficial. Milton Puentes señala en la “Historia
oficial del partido liberal colombiano” que se vivía en estos días un
liberalismo expulsado de todas las esferas de la vida política y civil con
muchos de sus copartidarios desterrados por medio de la llamada “ley de los
caballos” o presos. Los liberales eran obligados a pagar contribuciones al
gobierno y su seguridad en muchos lugares no era la más óptima.[7]
Sin embargo la situación como la vida misma no fue totalmente color de rosa
para los conservadores, puesto que sus adversarios aunque vencidos no estaban
acabados y continuaban desde diversas zonas del país mostrando su descontento e
incordia con el gobierno nacional.[8]
En la prensa se reflejaban las consignas
conservadoras en las que incluso se persuadía a la población. Un artículo
titulado “Otro Viejo Liberal” es una de las muestras más contundentes de persuasión.
En este se lee la ‘conversión’ de un liberal al conservatismo. Se trata de
Miguel Samper, quien expresa que fue necesaria la ‘revolución conservadora’
para evitar la catástrofe. Añade además que si la libertad es el objeto del
progreso político, el orden es el medio indispensable para lograr ese objeto.[9]
(Sobreentendemos por supuesto que el concepto “libertad” se aúna al liberalismo
y el de “orden” al conservatismo).
Otra consigna conservadora que se promulgaba en la
prensa era la problemática que marcaba el regionalismo en el país respecto a la
apropiación de los valores del partido. El afianzamiento no era igual según qué
zonas y el contexto cambiaba. Hay incluso un gran artículo que llegó a
Cartagena titulado “Regionalismo”. Se asume que el enemigo no es solo el
liberalismo, lo es también la desunión que entre otras podría verse fomentada
por fervores regionalistas que cohibían al ideal de un sentir nacional.[10] Y
es que el conservatismo no dejó de publicar en cuanto medio pudiese su
accionar. El orden fue tomado en el ideario colectivo como sinónimo de ser
conservador y el temor por las ‘falsas libertades’ propagadas por sus
adversarios se hacían publicitadas. “Las libertades según el criterio liberal”
fue un espacio que se difundió en la prensa y que se replicó en Bolívar.[11]
En este escrito se presentaba la alarma que significaba permitir que las
propuestas liberales se posicionasen en el gobierno nacional y local, y como
sus pensamientos estaban lejos de la iglesia y las buenas costumbres. La amenaza
constante liberal era latente por ello hacerle frente era una labor de todos
los días. Aunado a esto no era sorpresa ver cartas de alerta como una publicada
en Cartagena y enviada desde Guayaquil, Ecuador en la que se daba una voz de
alerta para el pueblo colombiano respecto a los radicales que según la carta
estaban posicionados en la costa de Ecuador y buscaban ‘destruir’ el país con
sus lineamientos. Por ende se pedía al gobierno colombiano ser severo con ellos
y no permitir su posicionamiento.[12] Además
del caso ecuatoriano en la prensa se hablaba también de Costa Rica[13], Francia
y sus radicales además de otros estados.
Otro elemento sustancial de los conceptos usados en
la comunicación masiva es el de Patria. Precisamente una nota de “El Noticioso”
de Cali y que se replicó por “El Porvenir” de Cartagena titulada “Patriotismo”
criticaba el hecho de que los liberales se autoproclamasen patriotas cuando el
término tiene una connotación de las que estos estaban muy lejos según el canon
conservador. Consideraban una falta de respeto que el liberalismo se
autodenominase patriótico cuando defendía una libertad falsa, fuera de Dios, la
moral y la iglesia.[14]
En su concepto ‘Patriotismo es obedecer las leyes y respetar las autoridades
que nos protegen… Patriotismo es procurar la honra de la nación, respetar la
religión. Pero hay quienes hacen lo contrario’. En la prensa se decía que los
liberales desacreditaban las instituciones, promovían la guerra sin pensar en
las consecuencias y enardecían los ánimos para que los hombres entrasen en
lucha y vayan a la guerra y se matasen sin piedad. Se decía también que solo
iban al extranjero a mancillar al buen nombre de la nación hablando pestes de
su gobierno y gente. Eran una vergüenza para el catolicismo y detestaban a los
prelados y en vez de traer maestros católicos para que educasen a la niñez
traían a maestros protestantes que cobraban más dinero y en cambio buscaban
desvirtuar las sanas creencias religiosas de los colombianos de bien.[15]
La atención constante a las relaciones con los
Estados Unidos era regularmente mencionada en los rotativos nacionales, cada
nuevo impuesto, aranceles o reciprocidad con aquel país era concebida desde la
visión de un país con limitaciones financieras que veía en el emporio
norteamericano un gigante económico y político en el que florecían diversos
aspectos de una sociedad avanzada a la que tener siempre en la mira.[16]
El discurso conversador entraba entonces en el área
de la discusión y fomentaba la creencia popular de que a su merced el país
correría por mejor camino y futuro que el que podría darse con el liberalismo
al poder. El discurso según que contextos podría matizarse en algunas regiones
pero sin olvidar la gloriosa consigna en la que afirmaban que gracias a su
eficacia regeneradora el país iría por buen rumbo. Otro rubro a elevar al nivel
de fundamental para el discurso conservador en la época fue el posicionamiento
de la iglesia católica como el órgano poderoso y reaccionario a partir del cual
debían concretarse todos los designios de la república. Para la iglesia
colombiana todo ápice de modernidad era digno de miramientos y plausible al
error. No solo el ideario político y las doctrinas científicas, sino también los
inventos técnicos y mecánicos, las costumbres sociales: la radio, el cine, el
baile, la ocurrencia impía de la educación femenina concebida como aberración
moral comparable al negocio de la prostitución.[17]
Paralelamente al discurso eclesiástico y de las
“buenas costumbres” como lineamientos del conservatismo se da un florecimiento
nacional de educación laica, desde la primaria hasta la universitaria, en
concordancia con los tradicionales de educación católica.[18]
Este curioso fenómeno sin embargo no podría autonombrarse como un elemento
meramente conservador ni defendido públicamente por estos a cabalidad, sin
embargo podría entenderse como una vicisitud propia de los tiempos que ya
corrían con la entrada del siglo XX y que ineludiblemente traía cambios. Pese a
la llegada de esta novedosa oferta educativa el papel preponderante de la
iglesia y las decisiones de los clérigos abarcaba todas las esferas de la
sociedad colombiana de entonces y no acatar sus designios era falta grave. De
esta época resaltan la Universidad Republicana que fundada desde 1890 fue
renombrada como la seguimos conociendo hoy: Universidad Libre en 1913. La cual
fue fundada con lineamientos meramente liberales, con sentido laico.
La censura a las letras fue otro componente problemático que se arraigó en plena
hegemonía. Juan de Dios Uribe ya había visto en 1888 el cierre de su periódico
“El Correo Liberal” pero este fue solo una muestra de lo que se vino durante
todo este periodo.[19]
Para nadie es un secreto que a las letras, o más bien lo que estas pueden expresar, siempre ha sido
temor de gobiernos que quieren afianzarse en el poder y lograr apoyo popular
sin cohibiciones ni inquieres. El conservatismo no fue la excepción. Sin
embargo no hay que mirar esta historia enfáticamente como la de triunfadores
versus sometidos, puesto que las corrientes liberales fieles a los lineamientos
pragmáticos del partido no se habrían de quedar con los brazos cruzados y el
deseo de hacer frente desde diversas áreas incluso desde la clandestinidad se
hacían latentes. El ala liberal quería entrar al mejor estilo del caballo de
Troya y volver al poder sustrayendo la benevolencia de diversas gentes al
conservatismo y a su ver su arcaica forma de concebir a la nación. En efecto el
partido al mando doblegaba la libertad de expresión e información, pero esta no
fue novedad ni en el contexto colombiano ni el foráneo.
Esta censura se daba en el plano estatal y en el
privado. El ámbito estatal se comprueba en las diferentes leyes de imprenta
sancionadas durante la hegemonía. El poder legislativo exigía que toda
publicación debía primero solicitar permiso ante el Ministerio de Gobierno y una
vez esta fuese impresa, debía enviarse una copia al mismo ministro que se
encargaba de juzgar si era apropiada o no para circular. En al ámbito privado
se servía a través de élites o personas de alto nivel socioeconómico y con
cierta influencia o cercanía con el poder. Este segundo tipo de censura se
comprueba incluso con algunos periódicos e imprentas que eran recelosos con los
textos que eran leídos detalladamente antes de mandarlos a las máquinas y que
fuesen publicados para no desviarse de los lineamientos del Estado y enfrentar
la censura y el cierre. Podría decirse que este tipo de censura era
infundada por el temor.[20] En
Cartagena, por dar dos ejemplos puntuales, fueron censurados los periódicos “La
Disciplina” en Mayo de 1896 y “La Tempestad” en Junio de 1905.[21]
Para 1901 y siguiendo con sus parámetros de
promocionarse en los medios, se da una nota en Cartagena titulada “¿Por maldad
o por torpeza?” en la que se instiga al pueblo a no echar la culpa al partido
conservador por las desgracias del país. Se afirma que quien culpase al
conservatismo de los males nacionales no era más que un ignorante y jamás
lector de un libro de historia, mientras que los conocedores y lectores debían
ser afines al partido. No hay mesura en este artículo en el que se alega que
“la ruina moral y material de Colombia se debe única y exclusivamente al
maldito liberalismo, enemigo de la paz y del orden social. Liberalismo enemigo
de Cristo y de su iglesia. Liberalismo que conspira sin tregua ni descanso
contra la tranquilidad pública de los pueblos engañando como la serpiente del
paraíso con promesas baldías de mentida libertad y de falso progreso”.[22]
Como si lo anterior fuera poco se añade: “El liberalismo es pues responsable
ante Dios y ante la sociedad colombiana de los grandes males que han afligido y
afligen hoy a nuestra patria. El liberalismo no ha cesado durante 50 años de
conspirar contra el orden y contra la paz de esta república, cuyo suelo han
ensangrentado cien veces, lanzando a los pueblos a la matanza en nombre de la
libertad, mejor dicho en nombre del libertinaje. La libertad en el orden es
absolutamente desconocida para el Liberalismo y si algún día la proclamara y la
pusiera en práctica dejaría de existir esa secta”[23]
Era usual que en la prensa se vociferaran asesinatos
entre partidos sobre todo de liberales contra conservadores. En Bolívar no fue
la excepción. Luego de la nota en la que se persuadía al pueblo a ser
conservador, se agregaba una crónica en la que se informaba de un asesinato. En
un caso puntual en Magangué se cuenta de uno hecho presuntamente contra el
coronel Francisco Javier Tovío, quien según el corresponsal en esa localidad
fue sorprendido en la madrugada dormido por guerrilleros que vilmente le
asesinaron. El corresponsal informaba “En aquel pueblo como en todas partes
donde van, robaron y cometieron todo género de excesos, y luego tienen los
liberales el cinismo de discutir que su bandera no es la del asesinato y la
depredación”.[24]
En 1909 con la creación de la ya mencionada Unión
Republicana, que no fue más que una coalición en la que se adhieren algunos
miembros del partido liberal. Inicialmente era una estrategia de diálogo con el
entonces presidente Rafael Reyes, sin embargo al no hallar el benemérito de
este se volcó en su contra. (Sin que esto no signifique que previamente Reyes
ya había llamado a algunos liberales a ser parte de su gobierno).[25]
Hay que decir que esta unión era de corte progresista pero basada en planteamientos
conservadores y liberales, es decir una coalición de elementos moderados de los
dos partidos tradicionales. Pese a la baja aceptación de Reyes durante su
periodo, este logró avances que iban en pro de lo que él concebía “modernizar” el país.
Potenció subsidios a la naciente industria nacional. Al ya tradicional
proteccionismo arancelario, se le anexó un incentivo efectivo para fomentar la
actividad manufacturera.[26] De
esta época datan empresas como Coltejer (1908), Cementos Samper (1909), Tejidos
Obregón (1910), Fósforos Olano (1909), Cervecería Germania (1905), las
textileras de Santa Ana y de San José de Suaita (1908), Chocolates Chaves
(1905) y la Industria Harinera (1908), entre muchas otras.[27]
En el periódico “El Porvenir” de Cartagena con fecha
del 1 de Diciembre de 1909 hallamos una pieza muy valiosa para ver en el
contexto local que decía la prensa y más un medio tan reconocido como este.
Agrego aquí textualmente el párrafo dedicado a este hecho:
“El telégrafo
empieza a anunciar el resultado de las elecciones en la mayor parte de los
municipios del país. El partido liberal ha sido vencedor. Descubrió por fin la
manera de llegar, lenta pero seguramente, al poder: las revoluciones armadas no
le produjeron el efecto deseado; era preciso recurrir a otro sistema; en vez de
atacar al partido conservador, le dio el abrazo de hermano, mediante la
invención de la Unión Republicana; cooperó al triunfo de un candidato
conservador para la presidencia de la República, a fin de que se tuviera
confianza en su buena fe y le prestara apoyo el partido contrario. Los frutos
de esa hábil combinación empiezan a recogerse. Las municipalidades serán
liberales en su mayor parte. Nosotros dimos el grito de alerta hace más de dos
meses y los conservadores no quisieron oírnos. El partido liberal tiene derecho
a pretender subir al poder y quizá el medio del que se está sirviendo es
relativamente el mejor. Peor hubiera sido el que hubiera lanzado al país en una
nueva revolución armada. Pero hoy más que nunca podemos decir la frase del alto
pensador: ‘cuídense a sí mismos de los conservadores.’ Y habrá todavía por
estas costas ilusos que sigan creyendo en artificiales combinaciones de la
U.R.?”.[28]
Una razón de peso para que Reyes fuese criticado y
comenzase una polémica en torno a él fue la crisis de opinión generada por la
firma del arreglo entre Panamá, Estados Unidos y Colombia que desembocó en la
firma de un acuerdo el 5 de Enero de 1909 en el que Colombia reconocía la
separación de Panamá y aceptaba una indemnización económica por parte de
Estados Unidos, aquí inicia lo que será llamado como la danza de los millones
que veremos en breve.[29]
Con esta decisión se dieron manifestaciones estudiantiles a lo largo y ancho
del país pues la población estaba en contra de esto.[30]
Como si lo anterior no fuese poco el conservatismo clásico colombiano veía a
Reyes como un traidor pues incluía a liberales en su gabinete (es como si la
moneda cambiara de lado y no solo los liberales veían como traidor a Núñez sino
que los conservadores también tenían a quien llamar ingrato). Condensado en sus
lemas «Paz, concordia y trabajo» y «Menos política, más administración», sus
políticas causaron también una fuerte oposición, ante lo cual Reyes empezó a
actuar de manera dictatorial debido a que el congreso no gestaba las normas perentorias
que requería el país para salir del déficit en la que estaba, ante lo cual
ordenó el confinamiento y destierro a sus rivales y opositores, cerrando incluso
el Congreso y creando una Asamblea Nacional Constituyente. Su gobierno,
suprimió además la vicepresidencia (curiosamente estaba enemistado con el
vicepresidente Ramón González Valencia), y en su reemplazo creó la
Designatura Presidencial.
De manera que Reyes ya había ganado enemigos de
diversos sectores y la Unión Republicana era el símbolo de ello.[31]
Finalmente por el temor a una venidera guerra entre sus opositores y sus
seguidores Reyes renuncia desde Magangué, Bolívar a la presidencia y el 9 de
Junio de 1909 de forma cautelosa designa como presidente encargado al general
Jorge Holguín Mallarino.[32] Su
dimisión se oficializó el 27 de julio de 1909 y parte en el buque Manistí desde
Santa Marta con destino a Europa.[33]
Reyes se exilia voluntariamente en el viejo continente, inicialmente llega a
Londres donde es agasajado por el Rey Eduardo VII y es elogiado por la prensa local.[34] Regresaría
diez años después con el fin de pasar sus últimos años en Colombia luego de
residir también en España y Francia.[35] Víctima
de varios atentados en el país que buscaban quitarle la vida, no desistieron en
su deseo de regresar. Como el de 1906 que recordaría por siempre y del que
incluso relataría en un texto que hoy conocemos y se encuentra en su diario.[36] Para
sus seguidores sus cinco años en el poder pasarían a la historia bajo el nombre
de “El Quinquenio Reyes” para sus detractores en cambio seria llamado “La
dictadura Reyes”.[37]
Bajo esta figura de la Unión Republicana llega a la
presidencia Carlos Eugenio Restrepo, quien para 1910 propulsa una reforma
constitucional en la que se redujo el periodo presidencial de 6 a 4 años,
curiosamente desde 1886 ningún presidente había logrado gobernar los seis años
completos, además de esto se eliminó la participación en política de militares.
Decisiones que hasta hoy se mantienen. El hoy reconocido periódico “El Tiempo”
se crea, bajo el contexto de la Unión Republicana, el 30 de Enero de 1911 por
Alfonso Villegas Restrepo.[38]
Este rotativo se convirtió en el medio de difusión de las ideas de la Unión y
hasta nuestros días mantiene su ideología política de centro. Carlos Eugenio
Restrepo terminaría su labor presidencial exactamente cuatro años después de
posesionarse, un 7 de agosto de 1914. En 1914 fue elegido el obviamente también
conservador pero abierto a los liberales José Vicente Concha, seguido en 1918
por Marco Fidel Suárez y cerrarían la hegemonía Pedro Nel Ospina (1922) y
Miguel Abadía Méndez (1926).
Otro elemento discursivo que el conservatismo hizo
público era el que la palabra ‘libertad’ no debía asociarse netamente con el
Partido Liberal. Incluso en el ala de la concentración conservadora se decía:
“Nosotros no tenemos que pedir a otros nociones de libertad, porque la libertad
en la justicia es bandera que hemos enarbolado siempre en contra de la
anarquía; nosotros no tenemos que recibir lecciones de republicanismo, porque
la república es nuestro ideal y porque de las filas conservadoras ha salido
siempre el primer grito de protesta en contra de los opresores, y conservadores
han sido siempre las primeras víctimas inmoladas por la tiranía. Los fundadores
del Partido Conservador fueron los fundadores de la libertad en Suramérica.”
Hay que decir que las anteriores palabras fueron mencionadas en Cartagena bajo
el contexto de la concentración de conservadores, que aunque llamados
retrógrados por su extremismo ideológico, recoge en parte un poco del
pensamiento del conservatismo general (es decir el conservatismo neto,
indistintamente de todos sus fraccionamientos) en este tema. No en otros
elementos más puntuales como las de las ideas moderadas.[39]
Consecuentemente a lo anterior una nota editorial en
prensa titulada “Lo que dicen nuestros políticos” resulta fundamental para
apreciar en todo esplendor la preocupación conservadora para con la propagación
del liberalismo. El texto corto pero sustancioso afirma: “La prensa liberal no
ceja en su activa propaganda de presentar al liberalismo como el más perfecto
ideal de los partidos políticos y que sus prácticas por lo puras, sanas y
patrióticas son las más convenientes al bienestar de los pueblos. En cambio el
conservatismo es una rémora para el progreso, barrera infranqueable para la
civilización. La juventud que se levanta y oye esos cantos de sirena sin
preocuparse de leer la historia de los partidos políticos, cree a pie juntillas
que para ser honrado, sabio, inteligente, patriota y hasta buen mozo es
necesario llamarse liberal. Es un deber, pues, de los que profesamos las
doctrinas conservadoras, refrescar la historia del liberalismo colombiano para
que los que la han olvidado la recuerden y los que no la conocen la aprendan.”[40]
Respecto a lo que pensaba el liberalismo de la
concentración conservadora hallamos en un comunicado dado a conocer por su
periódico “El Liberal” en el que más que dar una opinión enfática se preguntan
así mismos si habría de ser buena o mala esa movilización política. Su respuesta
para 1910 era que a ciencia cierta no lo sabían. Pero que sí sabían que de la
conveniente cristalización de tendencias políticas nacían las resultantes
estables y benéficas en lo referente al porvenir de las naciones. ‘Entre la
extrema izquierda y extrema derecha encuentran los gobiernos imparciales el
patriótico justo medio. Por ese lado no tendría que temer el Partido Liberal la
falta de garantías, estando dirigida la concentración conservadora por hombres
de ideas avanzadas; en ese concepto nos favorece la concentración.’[41]
Habría que ver si estas palabras se concebían como un ideario colectivo general
o si obedecían a una estrategia de mostrarse apacibles y abiertos al diálogo
con sus oponentes. Lo que si dejaban más claro era que esperaban que la
concentración permitiese a los liberales defender sus intereses sin su
cohibición ni amenazas, respetando además los altos puestos públicos que habían
alcanzado algunos liberales en la Unión Republicana sin que la concentración
interfiriese y los sacase de sus cargos, pues pese a que estos liberales
republicanos habían dejado el ala liberal tradicional seguían en el fondo
manteniendo algunos ideales liberales que valía la pena mantener en el poder.
Para la misma fecha los conservadores también
publicaban considerables editoriales en prensa en las que hacían alusión tanto
a los desafíos como a las glorias del partido, por razones obvias su mensaje
era más replicado en prensa. Entre esas editoriales de gloria resalta una en la
que se comenta que el conservatismo siempre tiende puentes aun con los
enemigos, por ello con los liberales les habían ayudado en medio de su ‘abismo’
(abismo entendido en este caso como el oprobio al ser oposición luego de haber
reinado). El texto indica también que fueron los conservadores a raíz de la
guerra (cuando los ánimos estaban encandecidos, por mano de un presidente
llamado luego traidor por los rojos) los que borraron las denominaciones de
vencedores y vencidos, abriéndole las puertas al Ministerio de hacienda y de la
Cámara de representantes a connotados liberales: Carlos Arturo Torres y José
Camacho Carrizosa.[42]
Aunque estos dos nombramientos son certeros, la forma como se publica el texto
da una noción positivista del conservatismo como los poseedores de la verdad
por el hecho de estar amparados bajo la iglesia, olvidando además que así como
en el ala liberal había partidarios de la violencia, también los había dentro
de las filas conservadoras y por ello asimilarse a sí mismos como los
benevolentes en todos los aspectos no es una realidad comprobable.
En ese mismo sentido de ayudas conservadoras a
ciertos anheles liberales hallamos que existe incluso en prensa la necesidad de
informar que ya el conservatismo había sido muy bueno permitiendo según se lee
‘la mayor parte’ de las reformas ambicionadas por el liberalismo, puesto que
estas habían sido elevadas incluso a la categoría de preceptos
constitucionales, con el voto de los conservadores de la asamblea. Añadiendo
además que las ‘pocas’ que no habían llegado a buen puerto eran porque exigían
al partido conservador el último sacrificio, es decir su existencia misma.[43]
Es decir, se decía en prensa que el conservatismo ya había sido demasiado
tolerante y la ciudadanía podía notarlo. Ahora tanta permisividad podría ser
peligrosa y poco conveniente para sus intereses, pero no dejarían de ‘ayudar’
como buenos católicos, en determinadas situaciones que no considerasen nocivas
para su colectividad.
Situándonos en 1910 (fecha exacta 1 de Octubre) la
prensa cartagenera publicaba una nota titulada “Información política” firmada
por “Los Principios” en la que se instiga a conservadores (tanto nacionales
como históricos) a unirse en pro de vencer al liberalismo con el propósito de
‘conservar y perfeccionar la constitución cristiana de la sociedad colombiana’.
El alegato eclesiástico nutria las hojas de los rotativos locales en las que se
mencionaba que de nada les servía a los conservadores ser mayoría si
permanecían divididos.[44] De
hecho ya no era extraño leer entre las páginas de los más destacados medios
impresos editoriales que llamaban al conservatismo a florecer. Se hablaba
públicamente de los problemas de los azules y como algunos ahondaban en el mal
practicar católico, puesto que algunos de sus integrantes que a golpe de pecho
se hacían llamar católicos faltaban a muchas consignas de la iglesia. En una
nota política titulada “¡Oh Católicos!” se argumentaba que incluso aun por
encima de la enemistad liberal, el mayor enemigo conservador eran los mismos
copartidarios que no cumplían a celeridad y rectitud con premisas devotas.
Entre las faltas se mencionan entre otras: el no amar al prójimo como así
mismo, el no ser humildes y el no practicar la caridad sin ufanarse de ello.
Llevados al plano político se agrega también el peligro inminente de la Unión
Republicana para los conservadores reales, ósea, los más practicantes de la fe.[45][46] Finalmente
con la llegada de Restrepo al poder, llega el legalismo a un nivel elevado. Con
ello la oposición de sectores clericales se empezó a notar. Aunque conservador,
Restrepo se empeñó en la defensa de varios ideales liberales, especialmente de
la libertad de prensa, cosa no bien vista por las fuerzas que le rodeaban. Su
discurso es concebido por Mauricio
Archila como “noble en intenciones, pero escaso en realidades”. Añade “Sin
embargo, justo es reconocer que Restrepo se empeñó en restablecer las
relaciones con los Estados Unidos, poniendo de presente los intereses
nacionales.”[47]
En el Porvenir de Cartagena se leía “El gobierno del señor Restrepo no
permitirá que haya fraude de ninguna clase, pues ha dicho que si figuró como
hombre de partido hasta el día de su elección, hoy no se considera ligado con
ninguno, sino jefe de todos los colombianos”.[48]
Apenas corría 1911 cuando a Restrepo llegaban ecos
de la oposición que aseguraba que debido a su forma de gobernar y por estar en
su contra la costa norte buscaba separarse del país. Al correrse la voz desde
Cartagena, Atenógenes Blanco, un líder republicano local, envió telegrama al
presidente informando que había caminado Cartagena y el Magdalena y en ningún
lado había hallado intenciones separatistas, todo era según sus palabras una
farsa de los opositores con el fin de desestabilizar la unidad. La prensa local
publicó la nota que logró connotaciones nacionales. De hecho el telegrama fue
respondido por el propio presidente y se publicó en periódicos nacionales. En
su respuesta agradecía la labor que Blanco hacia desde Cartagena y por enviar
noticias que demostraban el apoyo del pueblo costeño a los intereses
republicanos.[49]
A Restrepo se le reconoce lograr el 6 de Abril de
1914 la firma del tratado Urrutia-Thomson
en el que el gobierno estadounidense aceptaba el perjuicio causado a Colombia
por la separación de Panamá y por ende prometía otorgar 25 millones de dólares
como indemnización.[50] Pese
a la firma el congreso norteamericano no ratificó el convenio de inmediato, por
lo que empezó un tiempo de espera.[51]
(De anotar aquí el precedente hecho por Reyes como presidente anterior en el
que ya se sentaba el precedente sobre la indemnización, lo que hizo Restrepo es
dar un paso más para solidificar esta tarea que ya empezaba a ser vox pópuli nacional).
El 7 de Agosto de 1914 José Vicente Concha asume
como presidente del país, otro conservador más, que se había presentado en 1910
a elecciones pero había sido derrotado por Restrepo.[52]
Venia de ser embajador en Estados Unidos y moriría siéndolo en Italia, era un
político erudito y experimentado que llega a la presidencia con el favor del
partido liberal liderado en ese entonces por Rafael Uribe Uribe. De hecho una
carta con fecha de Octubre 12 de 1913 se publicaba el 12 de Diciembre de ese
mismo año en prensa y dirigida al Presidente de la dirección nacional del
partido liberal se hizo notar. En Bolívar se leyó en El Porvenir, en esta dice:
“Honorifica es para nosotros la ocasión en que nos dirigimos a la dirección del
partido para manifestarle que aceptamos la patriótica invitación que hace a los
liberales de apoyar la candidatura del doctor José Vicente Concha para la
presidencia de la república”. La carta
estaba firmada por los liberales: Alejandro Plata, José María Rivera, Luis F.
González, Esteban H. Plata J., Joaquín Moreno S, Luis A. Cuervo R., Pioquinto
Plata M., Vicente Rincón, José María González J. y Antonio Zarru.[53]
De manera que triunfo de Concha es una muestra clara que pese a encontrarnos en
plena hegemonía aún era necesarios ápices de ayuda liberal sin que esta
permeara en lineamientos fundacionales del conservatismo. Pero pasar la delgada
línea entre lo permitido y lo que no, se convirtió en un asunto peliagudo y
bastante problemático. Desafiaba un candidato conservador a su partido si
llegaba al poder con la ayuda de liberales? Para muchos conservadores la
respuesta era afirmativa. Pero también hay que ver si esto no era una
estrategia para contentar a ciertos partidarios liberales moderados y otros no
tanto con el fin de que el partido conservador se mantuviese en la presidencia.
A Concha se le recuerda especialmente por mantener al país neutral en la
Primera Guerra Mundial, hecho que hasta hoy es elogiado y por nombrar a un
clérigo Ministro de instrucción pública, el beneficiado fue Monseñor Carlos Córtes.
Previamente ya Miguel Antonio Caro en 1984 había elegido para ese mismo cargo
al también monseñor Rafael María Carrasquilla. El sentir católico de Concha y
su sentir de que la filosofía católica se propulsase en todo el país fue movido
por la preocupación de que el pueblo no se alejase de las buenas costumbres.
Tal era su fervor que su hijo Luis Concha Córdoba ingresó a la vida religiosa
llegando a ser cardenal.
Siguiendo con el ideario colectivo conservador
durante su poderío hallamos también las restricciones hacia comunidades
indígenas en altas esferas de poder, por verlos como causal de discordia. El
indígena era siempre un ser ávido de recibir instrucción religiosa y
evangelización, puesto que fuera de la veneración al dios judeo-cristiano podría
ser una amenaza. Se necesitaba seguir sometiéndoles y la cristianización era la
mejor herramienta. Todos esos miedos aparentes de los conservadores poderosos
se personificaron en 1914 en Quintín Lame[54],
estadista y político indígena que lideraba un movimiento de reivindicación de
los derechos de los pueblos indígenas en Colombia.[55]
Por el simple hecho de defender sus creencias fue acusado de querer construir
una república indígena y por esto fue arrestado el 9 de mayo de 1915,
permanecería en prisión con varios de sus seguidores por cuatro años. Luego de
su encarcelamiento se consagró a escribir y sus luchas tendrían fruto hasta
1938 con el decreto que restituyó los resguardos de Ortega y Chaparral.[56]
El 20 de Noviembre de 1915 publicaba en Bogotá
Hernando Holguín y Caro una carta dirigida a Marco Fidel Suárez y José M.
González Valencia (ambos estaban en la dirección del partido conservador para
entonces) que se replicó en prensa nacional en la que con el título de “La
Unión conservadora” llamaba a la reunificación de los azules en al país en pro
de contrarrestar la amenaza de los adversarios.[57] A
su ver era necesario que el presidente al mando mostrase su ‘sentimiento de
lealtad hacia los elementos conservadores que le llevaron al poder’.[58]
Es evidente el temor conservador permanente ante la latente hibridación de cada
sujeto presidencial que al llegar al más alto cargo del país y en aras de
mostrarse ‘presidente de todos’, matizara
su discurso siendo más dócil con los rojos. Es decir ese elemento dúctil
presidencial lo consideraban infiel a sus preceptos, pues querían un líder
rígido, amante del conservatismo en su totalidad y que no les ‘traicionase’
permitiendo la entrada de liberales a su gabinete.
En 1916, más exactamente el 11 de septiembre el
arzobispo Bernardo Herrera Restrepo funda el Instituto San Bernardo De La
Salle. Su mención en este punto es especial debido a que dentro del partido
conservador el arzobispo era toda una eminencia con autoridad en todas las
áreas del estado. Su palabra era escuchada, aplicada y propulsada por los
hegemónicos. El arzobispo era teólogo y filósofo de la Sapienza-Università di
Roma por ende no solo gozaba de prestigio sino además de poder.[59]
De hecho era ya Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia al fundar el
instituto, desde 1908, y lo seria hasta su muerte en 1928. También Arzobispo
Primado de Colombia hasta 1918. Bernardo Herrera Restrepo era entonces la
autoridad eclesiástica más importante de Colombia en plena hegemonía de los conservadores.[60]
Con todo el apoyo de Concha a los intereses de la iglesia culmina su periodo.
En sus propias palabras, dadas al escritor Fernando de la Vega sobre su visión
personal sobre su gobierno afirma: "No
lastimé el derecho de ninguna persona ni de ningún partido; observé neutralidad
absoluta en los debates eleccionarios, como quizá ninguno en Colombia; mantuve
relaciones decentes con todos los pueblos del mundo; no comprometí a la
República en ninguna empresa riesgosa para su salud o su honor, y devolví el
patrimonio moral intacto...” . Y añadió: "A mí no se me podría juzgar nunca por los ladrillos nuevos que puse,
sino por las ruinas tremendas que evité".[61]
En 1917 se publica uno de los elementos discursivos azules
más importantes en estas tierras, el Manifiesto del Directorio Conservador de
Bolívar. En este además de explicarse consignas partidarias claves, se habla de
la seria amenaza en la que se había convertido la Unión Republicana, luego de
lograr su objetivo, a la paz y estabilidad de las instituciones conservadoras
del país. Se habla del contrapeso que significó la Unión Conservadora como una
necesidad ‘vivamente sentida’ y que se crea entre otras para contrarrestar el
mal del republicanismo. Se menciona también el favor de la divina providencia a
los designios conservadores que para 1917 y según este manifiesto estaba más
unido pero siempre buscando más adeptos.
En este momento vemos también una llamativa forma de crear más adeptos, pues se
invita a los conservadores a ser empáticos y buscando nuevas amistades, guiar a
estas a las filas conservadoras, tal como el apóstol que evangeliza,
enamorándolos del conservatismo y entusiasmándoles constantemente por serlo, se
induce además a contarlos y a aumentar su cantidad. El manifiesto agradece la
labor salvadora de Suárez y Concha a favor de lo que consideran verdadero
patriotismo. Este texto se publica en vísperas de evento electoral y por ende
el sufragio por el conservatismo prioriza su ejecución y distribución. Este es
especialmente particular por los temas que aborda y por como reconoce la
necesidad de seguir en el poder no permitiendo injerencia ajena a sus intereses
fundacionales. La forma en la que cierra el manifiesto es también especial,
alude al concepto de pureza y justicia como ideales conservadores que
contribuyen a su triunfo en cada momento y espacio de votaciones.[62]
Consecuentemente dos días después del manifiesto se
publica una editorial especial en nota agrandada (un tamaño extremadamente
grande y para nada cotidiano) en el que se consigna “Primera adhesión de la
juventud conservadora de Cartagena a la candidata del señor Suárez” esta nota
entusiasta fue firmada por un amplio grupo de copartidarios azules, cuyos
nombres se anexaron en la misma nota. Solamente los nombres ocupaban casi una
columna completa del periódico.[63]
Finalmente sabemos que Marco Fidel Suárez ganó y es benemérito mencionar el
apoyo del conservatismo cartagenero y bolivarense a su postulación.
Paralelamente el mismo día en que se muestra la adhesión se publica también una
nota respecto a la convención nacional del Partido Liberal en la que se decreta
por unanimidad de votos la adopción para el partido de una política propia y
autonómica, sin nexos ni vinculaciones con las fracciones conservadoras.[64] Dos
días después los conservadores de Turbaco hacen lo mismo y publican su adhesión
a la candidatura de Sánchez, al igual que en el caso de Cartagena firman un
gran número de conservadores del municipio y se publica en prensa
departamental.[65]
Llega 1918 y con el Marco Fidel Suárez al poder. La
mayoría conservadora del congreso lanzó su candidatura a la presidencia, de
forma complementaria se da una manifestación pública como respaldo a esta
moción, al aceptar el elogiado pronuncia una frase que ha pasado a la
posteridad: «El suelo de Colombia es estéril para la simiente de la
arbitrariedad».[66]
Pareciera que iniciaba un gobierno que por fin alegraba a una gran mayoría
conservadora, pero que terminaría por renuncia en 1921 y no en los mejores
términos. Suárez funda en Barranquilla SCADTA (Sociedad Colombo Alemana de
Transporte Aéreo) la primera aerolínea de América y la segunda del mundo. Crea
la Cruz de Boyacá, que hasta nuestros días es la máxima condecoración del
gobierno de Colombia. Durante su mandato fallece en Pittsburgh su hijo Gabriel Suárez Orrantia, a
los 19 años. Había llegado a los Estados Unidos dos años antes para estudiar
ingeniería eléctrica y fue víctima de la gripe española. La noticia caería
fuertemente en el ánimo del presidente y era constante su tristeza y menciones
a este hecho en años futuros. El 27 de noviembre sancionó la ley 58 de 1918 que
creó el impuesto sobre la renta, marcando un precedente en el ordenamiento
fiscal del país.
A finales de 1920 estalla una crisis económica en el
país que venía paulatinamente creciendo. El 1 de diciembre se reunió en Palacio
una junta de los ministros de Hacienda, del Tesoro y 19 gerentes de bancos
nacionales y extranjeros, para estudiar las medidas tendientes a conjurarla; el
peor momento de la crisis había sido en el octubre, cuando se cotizó el café
entre 10 y 11 centavos la libra, y el dólar se pagó al 130%.[67]
La preocupación se acentuaba al tener en cuenta la cercanía de nuevas
elecciones. No había con que pagar salarios de empleados, policías, ejercito,
maestros o jueces. No se podían sostener las cárceles, los hospitales o los
lazaretos. El 26 de octubre el representante Laureano Gómez había acusado de
indignidad al presidente Suárez en la Cámara de Representantes, por la venta de
sus sueldos. El 27 de octubre se presentó ante la Cámara a contestar los
cargos. Los conservadores ya habían anunciado candidato, se trataba de
Pedro Nel Ospina, que finalmente lograría la presidencia. El 4 de noviembre se
levantó un acta en que se fijaban las condiciones para que el presidente se
retirara. Fue firmada por este, Aristóbulo Archila, Laureano García Ortiz,
Esteban Jaramillo, Pedro. J. Berrío y Nemesio Camacho.
En la biografía oficial de Marco Fidel Suárez publicada
por el Banco de la República hallamos que: En
la reunión se consideraron las bases para un convenio político para arreglar
las relaciones entre el parlamento y el gobierno y los problemas relativos a la
firma del tratado que ya había sido aprobado en los Estados Unidos. Marco Fidel
Suárez había dado su palabra a ese gobierno de hacer todo lo que estuviera en
su poder para que el tratado fuera aprobado en Colombia y, si era necesaria su
renuncia para que la aprobación se llevara a cabo, él estaba dispuesto a
separarse del poder. Pero con la exigencia expresa de que no debían cesar ni
interrumpirse los actos parlamentarios que constituían el principio de la
acusación promovida contra él. (…) La verdadera cuestión que se debatía era la
firma del tratado con los Estados Unidos, pues era bien sabido que el gobierno
que obtuviera los veinticinco millones de dólares de la indemnización, lograría
sacar adelante al país. El día 9 de noviembre de 1921, Suárez envió al
presidente del Senado una nota en la que le avisaba su separación de la
presidencia.[68]
Finalmente al dejar el poder Súarez terminarían la hegemonía conservadora Pedro
Nel Ospina (1922-1926) y Miguel Abadía Méndez (1926-1930). Esos últimos años de
la hegemonía bien vale la pena estudiar más a fondo para entender en mejor
manera las dinámicas que ya se gestaban en aspectos tan puntuales como la danza
de los millones. La cifra fue de 25 millones y para un país pobre como Colombia
significa una cifra para nada despreciable y que se suponía debía ser usada
eficazmente en necesidades de la nación.
[1]
El Porvenir. Cartagena. Diciembre 4, 1909.
[2]
El Porvenir. Cartagena, Agosto 19, 1897.
[3]
El Porvenir. Cartagena, Agosto 21, 1892.
[4]
Como ejemplo hay un discurso del papa publicado en Cartagena en donde expresa
la preocupación por el presente y futuro de la iglesia. Ver: El Porvenir.
Cartagena. Enero 31, 1892.
[5]
El Porvenir. Cartagena. Mayo 4, 1902.
[6]
Jorge Orlando Melo “Del federalismo a la constitución de 1886” en Nueva
Historia de Colombia vol. 1 Historia política 1886-1946, Bogotá, Planeta, 1989.
Pág. 18-20.
[7]
Milton Puentes “Historia del Partido Liberal Colombiano” Bogotá, editorial
PRAG, 1942, pág. 439
[8]
Gerardo Molina “Las ideas liberales en Colombia 1849-1914” Bogotá. Tercer Mundo
Editores 1979
[9]
El Porvenir. Cartagena Agosto 6, 1893.
[10]
El Porvenir, Cartagena Febrero 6, 1901.
[11]
El Porvenir. Cartagena Febrero 7, 1892.
[12]
El Porvenir. Cartagena Octubre 8, 1895.
[13]
El Porvenir. Cartagena. Marzo 29, 1901.
[14]
El Porvenir. Cartagena Octubre 9, 1901.
[15]
La nota continua y reza:
¿Habrá
patriotismo en sostener una guerra desastrosa, después de sufrir mil derrotas;
y sostenerla por medio de cuadrillas de malhechores, que siembran inseguridad y
el terror a causa de los asesinatos, incendios y saqueos, donde no hay quien
les haga resistencia?
Será
patriotismo insultar, desacreditar y perseguir al clero y a las corporaciones
religiosas inofensivas que sólo procuran el bienestar delos colombianos? Será patriotismo incautarse los bienes de las
iglesias y de los conventos, como lo hicieron loe liberales en 1862? Podrán ser
patriotas los que profanan templos e imágenes sagradas, como lo hicieron en
Granalote, en los pueblos de Bolívar y en Silvia las turbas liberales?
Habrá
patriotismo en apoderarse, como lo hizo Uribe U., de los $60,000, que en plata
tenia colectados en Santander un venerable sacerdote salesiano para levantar un
gran lazareto y recoger los infelices enfermos que hoy mueren de hambre y
desamparados?.. Es propio de patriotas arruinar al comercio de su país
incendiando pueblos después de saquearlos, como lo hicieron los piratas que
asaltaron el pueblo de San José y los que atacaron a Honda, Girardot y
Chaparral? Habrá patriotismo en ir a las Naciones vecinas a mendigar favores
para levantar tropas e invadir el suelo de la Patria con gentes advenedizas que
sólo aspiran al saqueo? Favores que tendrían que pagar muy caro si la suerte
loe favoreciera, entregando por una parte a Nicaragua el territorio Mosquitia;
a Venezuela, por otra, lo que el laudo español reconoció como de Colombia; y al
Ecuador las provincias del Sur del Cauca…
Oh No! El verdadero nombre de todo eso es TRAICIÓN! delito que el Código
penal de todas las naciones civilizadas castiga son el último suplicio! y hubo
algunas que llevaron su rigor hasta incinerar el cuerpo del traidor para
arrojar al aire las cenizas, considerando que el suelo de la Patria no debla tolerar
su cadáver! No! jamás será eso patriotismo; porque el “verdadero patriota es
eminentemente religioso y moral; en las diferencias interiores de la Patria
busca y prefiere siempre la discusión, el orden y la paz a los trastornos
revolucionarios; el que, en las cuestiones exteriores excitadas contra la
integridad e independencia de su Patria, se transforma de cordero en león, para
sostenerla.." Hoy el liberalismo colombiano, desengañado de su impotencia,
lleno de ira y desesperación, busca con insistencia, no sólo a los descamisados
y vagabundos que han huido derrotados, sino que se proporciona aliados en los
gobiernos extraños con quienes pacta una vergonzosa guerra que venga a acabar
de sumirnos en la desdicha!
[16]
Ibíd
[17]
«La hegemonía conservadora». http://bibliotecanacional.gov.co/es-co/proyectos-digitales/historia-de-colombia/libro/capitulo9.html
(Consultado el 20 Enero 2017)
[18]
Ibíd
[19]
Juan de Dios Uribe. Obras completas. Medellín. Ediciones Académicas, 1965. Pág.
136
En una carta enviada al periódico La Palabra un 19 de
Marzo de 1888 Juan de Dios decía:
Permítame que diga que en Colombia reina un
despotismo sombrío, nunca superado desde la fundación de la República, y que
denuncie al país este nuevo escándalo, este nuevo ultraje al derecho. Luz mortecina
es la de estos tiempos en nuestra Patria, y no se ve el clarear de ninguna
aurora, porque hay una declinación general del carácter, y el mal se abona,
como los bosques, con lo mismo que bota, que se pudre y que fermenta. Quiero
decir adiós, además, por su conducto, a los lectores de El Correo Liberal y
decirles que en cualquier parte del mundo a donde la ola me lleve, -tranquila o
airada-, mi pensamiento estará con ellos y mi esfuerzo tenaz se hará sentir,
aunque modesto, por el triunfo de las ideas radicales, que son las únicas poderosas
para incorporar de su atonía a este moribundo que se llama Colombia.
Soy del Sr.
Redactor, un servidor y amigo, Juan de D. Uribe.
[20]
Shirley Pérez Robles. “Inmorales, injuriosos y subversivos: las letras durante
la Hegemonía Conservadora 1886-1930” En
Revista Historia y Sociedad No 26. Enero-Junio de 2014. Pp.181-208 Medellín,
Colombia.
[21]
Reportados por El Diario Oficial
[22]
El Porvenir. Cartagena Octubre 6, 1901.
[23]
Hay que decir de esta consigna que se replicó en Cartagena fue redactado
originalmente para “El Noticioso” de Cali.
[24]
El Porvenir. Cartagena Octubre 6, 1901.
[25]
Mauricio Archila, “Colombia 1900-1930: la búsqueda de la modernización” en Las Mujeres en la historia de Colombia, tomo
2. Mujeres y Sociedad. Magdala Velasquez Toro (comp.) Editorial Norma.
Consejería Presidencial para la Política Social, 1995, pág. 326
[26]
Alberto Mayor, "Historia de la industria colombiana 1886-1930", en Nueva
historia de Colombia, vol. v, Bogotá, Planeta 1989, págs. 318-323
[27]
Luis Ospina Vásquez, Industria y protección, 1830- 1930, Medellín, E.S.E. 1955,
pág. 324
[28]
El Porvenir, Cartagena. 1 de Diciembre de 1909.
[29]
«Rafael Reyes».
http://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-109/rafael-reyes
(Consultado el 20 Enero 2017)
[30]
James D. Henderson. La modernización en
Colombia: los años de Laureano Gómez, 1889-1965 cap.La modernización en
Colombia. Editorial Universidad de Antioquia. Medellín 2006.
[31]
«Rafael Reyes». https://www.semana.com/especiales/articulo/rafael-reyes/37565-3
(Consultado el 20 Enero 2017)
[32]
Mario H. Perico Ramírez. Reyes, de cauchero a dictador. Universidad Pedagógica
y Tecnológica. Tunja, 1974
[33]
Eduardo Lemaitre. Rafael Reyes. Biografía
de un gran colombiano. 4a ed. Banco de la República. Bogotá, 1981.
[34]
«El quinquenio de la modernización». http://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-175/el-quinquenio-de-la-modernizacion
(Consultado el 21 Enero 2017)
[35]
«Rafel Reyes Prieto 1849-1921».
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-880823 (Consultado el 21 Enero
2017)
[36]
Reyes relata su atentado. “11a. m. a 12
m. En marcha hacia Palacio a buscar allí a mis hijas para el paseo diario a
Chapinero a esta hora; no pudo acompañarme sino mi hija Sofía. Al subir al
coche, que es un landeaux, y que estaba cerrado, le propuse abrirlo todo y no
aceptó sino que se abriera solo la parte de adelante, por temor de que pudiera
resfriarme. Le agradecí esta delicadeza, porque ella se marea en coche cerrado.
Al pasar por la esquina de San Carlos, encontramos allí a Clímaco Calderón, a
quien invité al paseo a Chapinero, y al ir a subir al coche, alcanzó a ver al
señor Manuel de Freire, con quien tenía una cita, y por esta razón se excusó de
acompañarnos. Seguimos por la Plaza de Bolívar, calle de Florián, calle de
Santo Domingo, Calle Real y Camellón de las Nieves. Al pasar por delante de la
Iglesia de ese nombre, levanté mi sombrero para saludar al Santísimo y, como de
costumbre, hice una corta oración mental. Al pasar por la esquina sur del
parque de San Diego, vi tres jinetes de aspecto sospechoso que se miraron entre
sí al vernos, y tuve el presentimiento de que eran tres asesinos. Pensé parar
el coche para interrogarlos, pero consideré que ese habría sido el medio de
asegurar el que me mataran, y resolví seguir adelante.
Al llegar al punto de Barro Colorado, frente
a la quinta de La Magdalena, ordené al cochero que regresara porque eran ya las
once y media a. m., y así lo hizo; y cuando había volteado el coche, vi que uno
de los jinetes que estaban en el parque de San Diego, y que habían seguido
sigilosamente detrás del coche, se adelantó a detener los caballos al mismo
tiempo que sus dos compañeros, uno por el lado izquierdo, y el otro por detrás,
disparaban sus revólveres sobre mí. Ordené al cochero, Bernardino Vargas,
hombre de serenidad, que fueteara los caballos y atropellara al asesino, y al
mismo tiempo ordené al capitán Faustino Pomar, quien se portó con serenidad y
valor, que disparara su revólver sobre los dos asesinos que me atacaban. El
cochero Vargas atropelló al asesino que quiso detenerlo. Este se hizo a un lado
y se dirigió por el lado derecho del coche y disparó cinco tiros de revolver
sobre mi pecho, y el que estaba atrás uno sobre mi cabeza.; el capitán Pomar
disparó todos los tiros de su revolver sobre los tres asesinos, que huyeron
despavoridos. Mi hija Sofía se portó con gran serenidad, y repetidas veces
grito a los malhechores: ¡asesinos! ¡cobardes! ¡asesinos! ¡demonios!. La escena
duraría tres minutos.
Temí que mi hija estuviera herida, porque
los ocho tiros de revolver disparados sobre mí, eran también disparados sobre
ella, porque estaba a mi lado y el coche se movía. La examiné al mismo tiempo
que ella con gran valor me examinaba a mí; el ala de su sombrero y el boa que
lleva al cuello estaban atravesados por las balas en varios puntos, lo mismo
que el landeaux; en mi vestido no dejaron rastro alguno, y con mi hija dijimos:
Dios nos ha salvado”.
(Fragmentos
del Diario del Presidente Reyes, correspondiente al día 10 de febrero de 1906)
[37]
Mario H. Perico Ramírez. Reyes, de cauchero a dictador. Universidad Pedagógica
y Tecnológica. Tunja, 1974
[38]
«El tiempo toda una historia». http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-634534
(Consultado el 20 Enero 2017)
[39]
El Porvenir. Cartagena. Septiembre 15, 1910.
[40]
El Porvenir. Cartagena. Septiembre 17, 1910.
[41]
El Porvenir. Cartagena. Septiembre 20, 1910.
[42]
El Porvenir. Cartagena. Septiembre 25, 1910.
[43]
El Porvenir. Cartagena. Septiembre 25, 1910.
[44]
El Porvenir. Cartagena Octubre 1, 1910.
[45]
El Porvenir. Cartagena. Diciembre 24, 1910.
[46]
De hecho hay una nota en prensas que va más allá y analiza a la unión como un
peligro para la tradición liberal al igual que para la conservadora. Ver: El
Porvenir. Cartagena. Noviembre 30, 1909.
[47]
Mauricio Archila, “Colombia 1900-1930: la búsqueda de la modernización” en Las Mujeres en la historia de Colombia, tomo
2. Mujeres y Sociedad. Magdala Velasquez Toro (comp.) Editorial Norma.
Consejería Presidencial para la Política Social, 1995, pág. 331
[48]
El Porvenir. Cartagena. Septiembre 1, 1910.
[49]
El Porvenir. Cartagena. Diciembre 19, 1911.
[50]
«El tratado Urrutia - Thomson».
http://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-165/el-tratado-urrutia-thomson
(Consultado el 20 Enero 2017)
[51]
Teresa Morales de Gomez. Tratado Urrutia-Thomson. Boletín de historia y
antigüedades, 2003, vol. 90, no 823, págs. 737-752.
[52]
«José Vicente Concha».
http://enciclopedia.banrepcultural.org/index.php/Jose_Vicente_Concha
(Consultado el 20 Enero 2017)
[53]
El Porvenir. Cartagena. Diciembre 12, 1913.
[54]
Quintín fue hijo de Mariano Lame y Dolores Chantre (ambos de origen nasa,
pueblo indígena del Cauca). En la guerra de 1885, su hermana Licenia, muda, fue
violada. En la Guerra de los Mil Días, su hermano Feliciano fue mutilado. En
1901 fue enrolado por el ejército conservador y marchó a Panamá, donde valoró
como justa la lucha indígena del rebelde Victoriano Lorenzo, que supuestamente
era su enemigo. De regreso se casó con Belinda León y comenzó un movimiento
indigenista. En 1910 fue elegido representante y defensor de los cabildos
indígenas del Cauca y luego viajó a Bogotá a estudiar las cédulas reales de los
resguardos y se presentó en el Congreso. Su movimiento que inició en el Cauca
en 1914 quiso extenderse al Huila, Tolima y Valle. En 1924 redactó su libro «El
pensamiento del indio que se educó en las selvas colombianas».
[55]
Diego Castrillón Arboleda. El indio
Quintín Lame. Tercer Mundo, 1973.
[56]
Ibíd
[57]
Previamente esta consigna se venía gestando, pues en 1910 ya había una nota
similar en prensa en la que con firmeza se hablaba de una reunificación
conservadora. Ver: El Porvenir. Cartagena. Septiembre 22, 1910.
[58]
El Porvenir. Cartagena. Diciembre 4, 1915.
[59]
Martha Isabel Márquez Villamil. "Monseñor Bernardo Herrera Restrepo en la
vida política colombiana." Universidad de la sabana. Bogotá 1986
[60]
«Archbishop Bernardo Herrera Restrepo †» (en inglés). Catholic Hierarchy. http://www.catholic-hierarchy.org/bishop/bheres.html
(Consultado el 25 de Enero 2017).
[61]
«José Vicente Concha».
http://enciclopedia.banrepcultural.org/index.php/Jose_Vicente_Concha
(Consultado el 20 Enero 2017)
[62]
El Porvenir. Cartagena. Noviembre 26, 1917.
[63]
El Porvenir. Cartagena. Noviembre 28, 1917.
[64]
Ibíd.
[65]
El Porvenir. Cartagena. Noviembre 30, 1917.
[66]
«Marco Fidel Suárez».
http://enciclopedia.banrepcultural.org/index.php/Jose_Vicente_Concha
(Consultado el 20 Enero 2017)
[67]
Ibíd
[68]
Ibíd