Vivimos en el mundo de la crítica, del chisme y del vituperio. En el espacio que se es rápido para juzgar y lento para ponerse en el lugar de los demás y ser más comprensivos con lo que nos rodea. La lengua es el azote de ... eso dicen y de ella pueden salir las peores heridas que causan más daño que una agresión o un golpe. Por tal razón aprender a vivir con ello es más que necesario, hagas lo que hagas igual te van a criticar porque así es la gente. Al ser humano le encanta dividir, sentirse más que los demás y lograr status. Tener más que el otro y ser el punto de mira. Desenfocarnos implica sumergirnos en esas mismas dinámicas que nada bueno nos van a traer, hay que decir sí al respeto por el otro y dar la bienvenida a la calma en medio de la tempestad.
Que si gordo, delgado, maricón, perro, bajito, alto, feo, siempre van a hablar. Al parecer para eso vive alguna gente. De todo se marca un escándalo y hay cientos de miles, para todos hay, por eso existe una paleta de escándalos.