Calle Don Sancho
Se ubica en la zona roja señalada. Es una calle de la época colonial. Su nombre se debe simplemente a que se asume que en una casa ubicada en ella vivió Don Sancho Jimeno, quien fuera un general español defensor de la ciudad desde el fuerte de Bocachica durante un ataque del comandante y militar francés Bernard Desjean, Baron de Pointis. Esta calle cuenta con la mejor vista de la catedral Santa Catalina de Alejandria que se alza en el centro de la ciudad. También tiene hoy una serie de hoteles boutique en sus dos lados.
Calle De las Damas
Antes llamada como Santa María de los Ángeles , hacia mención a una de las tantas advocaciones de María. Su nombre cambió a la “calle de las damas” debido a un hecho que se contaba en la ciudad de generación en generación. Al Rey de España, le encontraron empinado y asomado a una de las ventanas de El Escorial mirando al horizonte con un catalejo usado para ver mejor; al preguntársele qué miraba, dijo que estaba tratando de ver las murallas de Cartagena de Indias que tanto le habían costado a la corona. Y es que había sido informado por el gobernador de estas tierras, Anastasio Cejudo Núñez, que su terminación ya era un hecho. Esto, según lo proyectado hasta ese momento. Felipe ll, dicen, decidió ver por sus propios ojos tan portentosa obra, viajó a estas tierras y llegó disfrazado de mujer en compañía de dos amigos de confianza igualmente caracterizados y se alojaron en una casa de esta calle. A los pocos días las misteriosas damas desaparecieron sin dejar rastro y sin que nadie diera explicación de su procedencia ni lo que hicieron en la ciudad. Por supuesto que este hecho es anecdotico y no hay mayor acervo histórico que compruebe su sustento en la realidad, peor ha sido sin dudas el causal del nombre para esta calle.
Calle San Juan de Dios
Ubicada en la zona roja señalada en la imagen, su nombre se debe a motivos religiosos. La calle es una vía de acceso al Centro Histórico de la ciudad desde la avenida Santander. Su nombre responde al contexto de la época y a la influencia católica procedente de España en la que lo normal y común era titular a las calles con nombres vinculados a la fe. En este caso alude al santo portugués del mismo nombre y creador de la orden hospitalaria San Juan de Dios. Por ende representa la ayuda a los enfermos y la ayuda que brinda la iglesia y sus integrantes a los que no gozan de salud.
Callejón De los Estribos
Oficialmente llamado callejón por su instalación física, su nombre se debe a la construcción de unos estribos para proteger a la iglesia de Santo Domingo que estaba cediendo en la entonces calle. La iglesia había sido terminada de crear en 1559. Los frailes dominicos temiendo a la caída del recinto religioso lo reforzaron para que los cimientos no terminasen por destruir el lugar. Al instalarse estos contrafuertes la calle se volvió más estrecha, pasando a ser un callejón. Es también conocida como Calle de Nuestra Señora de la Luz.
Calle Tumbamuertos
Esta calle era un paso necesario para llegar al entonces importante cementerio de San Diego. En esa época la epidemia del Tablón había terminado con la vida de una alta cantidad de la población de la ciudad. Muchos entierros tenian obligatoriamente que pasar por esta calle y las personas que cargaban el ataúd, solían tropezarse y caer de forma insistente en el paso por ese lugar. Las habladurías de los habitantes se volvieron populares y corrieron los rumores que afirmaban que un duende se divertía haciendo caer a los muertos, y desde todas esas sucesivas y coincidentes situaciones relacionaron la calle como “allá donde tumban los muertos”. Su nombre se mantiene hasta nuestros días y es de las pocas calles cuyo nombre no proviene de influencia religiosa, española, política o de importantes casas o ubicaciones, sino que responde a estos sucesos curiosos ya mencionados y conocidos por los habitantes de la ciudad.
Calle de Quero
Sumada a la corriente de las calles que tomaban el nombre por una calle. Antes era conocida como Calle de Nuestra Señora de Valencia. En ella se ubica una casa que es mencionada como la “tenebrosa”. Allí vivió Miguel Cuero, un hombre heredero de una fortuna considerable, caracterizado por ser muy avaro y rico. Decidió cambiar su apellido de “Cuero” a “Quero” debido a vergüenza que le causaba la burla que caía sobre su familia. A su madre antes la llamaban "Cuero de gato curtido" todo por su apellido. La historia cuenta que: Dedicado a cuidar su preciado tesoro, una noche escuchó ruidos en su casa y acudió a ver qué pasaba. Llegó hasta el baúl donde guardaba sus haberes y comenzó a contar todas las piezas, una por una. En esto estaba, cuando la pesada tapa del baúl le cayó encima de la cabeza y así terminó sus días el avaro de Miguel Quero. Al cabo de un tiempo el olor del cadáver alarmó a los vecinos que avisaron a las autoridades, quienes entraron a la fuerza en la casa hallando el cuerpo inerte hinchado de gusanos. Pronto surgieron leyendas alrededor de la casa. Tarde de noche no había quien osara siquiera pasar frente a la casona.
En cierta ocasión, un "valiente" que se fumaba un cigarro frente a la casa para calmar el susto vió como alguien le pedía candela desde el balcón, y privado quedó el tipo al ver una mano larga y huesuda que le arrebataba de la propia boca el cigarrillo. Una vez llegó un antioqueño con el propósito de erradicar de una vez por todas a los fantasmas y pidiendo permiso se alojó en la mansión. Esa misma noche, después de acostarse, el paisa escucha unos ruidos y acude armado de revólver a ver qué pasaba. Pasó una sombra delante suyo y el hombre descargó seis tiros de una vez. Y estupefacto vió como le devolvieron las seis balas mientras una fantasmal voz decía: "A mi no me hacen daño tus balas; ahí te las devuelvo". Dicen que el antioqueño quedó loco luego de este suceso y terminó sus días recluido en un manicomio.
Calle De Guerrero
Ubicada en Getsemaní es reconocida hoy por sus casas y locales coloridos. Su nombre procede del apellido presuntamente de Pedro Guerrero y Paz, natural de Baza, en el reino de Granada. Era un teniente coronal de los reales ejércitos y comandante del fuerte de San Sebastián del Pastelillo. Pedro contrajo matrimonio con Francisca Sánchez Pareja y Diaz, mujer cartagenera. Juntos engendraron a Manuel María Guerrero Sánchez pareja, coronel denigrado por su papel el 5 de diciembre de 1815, fecha conocida por ser el retorno de Pablo Marillo, el pacificador, a Cartagena luego de estar 105 días de sitio y considerado un gran ciudadano. Manuel fue padre de Manuel Amador Guerrero, haciendo abuelo a Pedro, del que sería primer presidente de Panamá. Otras uentes hablan de que el nombre de la calle realmente tiene acidero en la vida de un capitán de navío intrépido y valiente, conocido por sus vecinos y cercanos como “el guerrero”. Esta calle mide 163 metros y es la calle con los andenes más anchos de todo el barrio, con una cantidad de 1,9 metros. La calle es el acceso principal a la plaza de la trinidad. Hoy está llena de restaurantes, cafés y más locales comerciales y hostales.
Calle Del Pedregal
Señalada en la zona roja de la imagen es una de las zonas más coloridas y conocidas de Getsemaní. Esta zona mira hacia la muralla. Su nombre proviene de su particular constitución física en sus inicios caracterizada por un terreno cubierto de piedras sueltas. Hoy tiene un gran potencial turístico y es una puerta de entrada al barrio de Getsemaní. Es reconocida por sus muestras culturales, festivas, musicales y artisticas.
Calle de la moneda
Llamada así por ubicarse originalmente en ella la casa de la moneda de la ciudad desde la época del virreinato de la Nueva Granada. Hoy es reconocida por su actividad comercial y por ser una via articular importante dentro del casco antiguo de Cartagena.
Calle Tripita y Media
Antes llamada Calle Canabal. El nombre de esta calle responde al particular y jocoso estilo y forma de ver la vida del cartagenero que a todo le encuentra broma y habladuría. La historia cuenta que: En una casa como cualquier otra vivía una muchacha con su familia; eran pescadores que se ganaban la vida modestamente en cercanías del Caño San Anastasio, hoy desaparecido bajo el sector de La Matuna. La joven en cuestión era muy poco llamativa en cuanto a belleza se refiere. Ayudaba a sus hermanos en el proceso de pesca.
Cierto día tomó la costumbre de apartar la tripa de cuanto pescado descuartizaba para después comérsela ella sola luego de sazonarla y freirla. No tardó el vecindario en enterarse del singular hábito de la muchacha y tardó mucho menos en apodarla "La Tripita".
Un día festivo en que el pueblo estaba en las calles, la niña resolvió acicalarse para salir también, y se puso unas medias que le había regalado la madrina. Los vecinos al notar la prenda que estrenaba con orgullo la muchacha no atinaron sino a exclamar: "Vee, si la tripita lleva medias puestas". Y según dicen, a partir de entonces la llamaron "Tripita y media". Cuando se quería ubicar a alguien, la gente común decía "Allá donde vive la tripita y media". Y ya la calle lleva más de doscientos años con este peculiar apelativo.
DATOS COMUNES DE TODAS LAS CALLES ENCONTRADAS
• Todas las aquí incluidas circundaban la totalidad centro histórico de la ciudad. Algunas se hallan en el barrio de San Diego, otras en Getsemaní o en el propio barrio centro.
• En ellas residían personas mestizas, negras o blancas. Si la calle tenía casas de dos pisos era probable que en ella vivieran personas de abolengo y poder económico.
• Los nombres de las calles obedecen a tres puntos: religioso, popular o por una particularidad especifica que diferenciaba a una de las demás. Así encontramos calles que toman el nombre de una casa (calle de la moneda), el apellido o nombre de algún residente insignia (calle de Quero, calle de Don Sancho, Calle de Guerrero) o su actitud especialmente llamativa (Calle tripita y media). Las calles con advocación mariana eran bastante comunes o aquellas relacionadas con la influencia católica (Calle san Juan de Dios). Incluso el tema paranormal dio nombre a calles (Calle de tumbamuertos).
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