“Duelo en el Gran Tunal” es un relato que nos enseña que el hecho de que hoy lo tengamos todos no significa que mañana lo tengamos. Es un capítulo del libro "Relatos de la conquista de América" del escritor colombiano Gonzalo España. El relato nos instruye para no subestimar a los demás y a valorar el paso del tiempo y todo lo que ocurre con ello. Además de esto ahonda en la audacia de los indios Chichimecas y lo poco preparado que estaba el soldado español Gazpar de Rivera frente a esta civilización que habitó en México.
Personajes
Gazpar de Rivera: codicioso, exigente, aguerrido, indolente e ingenuo.
Indio guerrero Chichimeca: audaz, estratega, rencoroso, valiente y aguerrido.
Virrey marqués de Villamanrique: sensible, cercano a la gente, oponente a la esclavitud, religioso y pensativo.
Frailes pacificadores: predicadores de la fe, apaciguadores, letrados, estudiosos y religiosos.
Constanza de Andrade: prestamista, negociante, inteligente, positiva y precavida.
Indio aliado de Juchipila: fuerte, leal, aguerrido, jovial y potente.
Resumen de "Duelo en el gran tunal"
Los indios chichimecas eran una comunidad nativa que había puesto en jaque a las tropas españolas que llegaban para asediarlos. Gazpar de Rivera un soldado español que comandaba a un grupo y estaba protegido de pies a cabeza con toda clase de armamento, llevaba caballos consigo y él en especial cabalgaba uno. Los chichimecas eran aguerridos y valientes con unas flechas aguzadas y potentes. El atuendo de gaspar estaba pasado de moda teniendo en cuenta las lanzas con punta de obsidiana que usaban los indios chichimecas. 20 años atrás Gaspar entraba con su patrulla en el Gran Tunal, en busca de una ranchería chichimeca, finalmente la encontraron y los vencieron. Tomaron a hombres, mujeres y niños para venderlos como esclavos, mientras los contaban, un indio chichimeca lanzó una flecha contra el caballo de Gaspar, matándole enseguida.
Gazpar le responde al indio y le dispara en la cabeza. De la misma forma se enoja consigo mismo pues pensó que la mejor venganza contra el indio no era matarlo sino venderlo como esclavo y así ganar un botín que le sirviese para comprar otro caballo, finalmente el indio sobrevive y esto alegra a Gazpar quien lo vende como esclavo en las minas de Taxco por un término de 20 años, allí el indio se vuelve carguero y Gazpar obtiene sus ganancias comprándose un nuevo caballo y siguiendo en sus andadas como soldado profesional. El indio tenía una gran cicatriz en su frente y varios de sus de sus dedos habían sido cortados para que le fuese difícil volver a lanzar flecha.
Poco a poco el indio recupera sus facultades. Por el disparo había perdido la memoria y se había vuelto sumiso, no recordaba ni su nombre, origen, el porqué de su presencia en la mina, ni nada, pero luego empezó a recordar y cobró lucidez al saber que era un guerrero chichimeca, también recordó el disparo que le dio Gazpar y se decidió a fugarse de la mina. Por otro lado, el Virrey marqués de Villamanrique promovió una política pacifista y en contra de la esclavitud, con esto la captura de indios se volvió ilícita y tuvo que darse de forma furtiva e ilegal. Por ello llegaron frailes pacificadores invadiendo todo el territorio con prédicas y su trabajo se empezó a considerar más importante que el de los mismos soldados.
Los indios aceptaban ropas y herramientas de paz, así que los fondos destinados a la guerra cambiaron para dar estos regalos. Gazpar decidió que no se retiraría por qué estar en la guerra y ser soldado era lo único que sabía hacer. Para 1605 el territorio que incluía al gran tunal era pacífico y la guerra había quedado en el pasado. Solo en las cercanías de la Sierra Madre Oriental había persecuciones y guerra con algunos indios que seguían resistiéndose a la entrada de foráneos, así que allí se fue Gazpar.
Con una gran demora en su pago como soldado, Gazpar decidió apostar parte de su equipo y perdió. Recurrió al monedero de una señora llamada Constanza de Andrade empeñándose a esta y ofreciéndole hacerla su socia en sus futuras ganancias. Los ingresos de Gazpar eran solo un tercio de lo que antes ganaba, así que decidió canjear varias piezas de su ajuar militar por unas monedas con otro compañero soldado, al hacer esto ya solo tenía un trozo de algodón en vez de su protección para las flechas, también le dio una tos, Gazpar no era el mismo.
Cuando todo se veía mal su patrulla acorraló a un pequeño bastión indio, eran tres docenas de chichimecas. A Gazpar y dos compañeros les fue ordenado resguardar a los indios capturados, así hicieron, los amarraron y luego su tropa salió en busca de más. Una semana después un indio aliado de Juchipila les avisa que todos los de su tropa habían muerto, así que Gazpar sujeta en fila a los indios que ya habían capturado y los atan a las sillas de sus caballos mientras inician una retirada ágil y segura. La esclavitud de los indios ya estaba abolida así que lo que estaban haciendo iba en contra de la ley. En su salida debían pasar por el Gran Tunal para vender con seguridad los indios que llevaban.
Hoy el Gran Tunal era un lugar deshabitado, así que era mejor pasar por él. Al caminar por este lugar, Gazpar se transportó a su juventud, a los 20 años antes y recordó lo que había pasado. Decidieron dormir en el lugar y al amanecer aparece de pronto un indio chichimeca a lo lejos que se acerba con una cicatriz en la frente y sin varios de sus dedos, pero que cargaba una lanza con flecha que finalmente lanza. En ese momento Gazpar recuerda al indio y confirma que era el mismo de hace 20 años, el indio lanza una flecha sobre el caballo de Gazpar y este mira que los indios capturados ya no están. El indio había liberado a sus compañeros chichimecas y había matado a los jinetes que acompañaban a Gazpar, el indio aliado de Juchipila había logrado correr al degollar a un jinete y tomar su caballo e irse.
Tras ver que lo había perdido todo, menos la vida, Gazpar comprendió que sus días como soldado habían culminado. Caminó durante dos o tres semanas con la intención de llegar donde Constanza de Andrade para entregarle los restos de lo que llevaba al ya no poder ofrecerle más. En el camino la tos de sus pulmones se hizo más fuerte y Gazpar llego moribundo a casa de Constanza, éste entregó todo a ella y ya ella sabía que su acuerdo rezaba que en caso de muerte de Gazpar, ella se encargaría de los gastos del entierro, incluida la misa cantada, la cantidad se redujo a la mitad y Gazpar rindió su alma. Así Gazpar quedo sin nada, pasó de ser un soldado del Rey en la Nueva España a un vencido por un viejo guerrero chichimeca que había vuelto 20 años después a vengarse.
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