ANÁLISIS DE "EL VERBO" DEL LIBRO LA PARADOJA DE JAMES C. HUNTER






De manera rápida hoy se hace un análisis del cuarto capítulo “El Verbo” del texto “LA PARADOJA UN RELATO SOBRE LA VERDADERA ESENCIA DEL LIDERAZGO” 

Un Texto Fascinante y Verdaderamente Fácil de leer, es este escrito por James C. Hunter, Abogado y Escritor Estadounidense. 






A lo largo de todo el texto se lleva a cabo una conversación entre diversos sujetos en pro de idear características que moldeen la concepción de un líder. A través de la lectura se percibe un texto enriquecido y lleno de matices sumamente interesantes que nos dan nociones de la importancia de la presencia de principios y valores en todo aquel que tenga a cargo un número de personas. 

Me Parece Importante resaltar la frase que inicia este capítulo, pues de esta se afirma en su totalidad la temática de esta lectura. 



“Mis jugadores y mis asociados no tienen por qué gustarme, pero como líder tengo que amarlos. El amor es lealtad, el amor es espíritu de equipo, el amor respeta la dignidad del individuo. En esto consiste la fuerza de cualquier organización." Vince Lombardi 



El Autor del texto nos presenta lo vital de tener cordialidad y designios sociales aceptables para lograr mejores resultados por ejemplo en una organización, empresa, etc. Este tema se acerca mucho en nuestro estudio de Salud ocupacional y no permite tener una óptica más clara, abierta y dispuesta a comprender y respetar a la gente. Resalta la connotación del Amor Ágape en la conformación de un buen líder 



Desde diversos puntos desde el religioso, educativo, hasta militar y medico se presentan perspectivas de cómo se asimilan socialmente estos valores. 

Usando un método de investigación y ayuda de un diccionario en este texto se da importancia a 7 valores y principios que han de conformar el ideal de líder. 

Paciencia 

Afabilidad 

Humildad 

Respeto 

Generosidad 

Indulgencia 

Honradez 

Compromiso 



En la clase definen cada una de estas características: 

Paciencia: mostrar dominio de uno mismo. 

Uno debe dar el ejemplo de la compostura y del dominio de sus propios comportamientos. Si queremos que nos den tiempo para aprender, nosotros también debemos respetar el tiempo de los otros, sean empleados, hijos, amigos, etc. 

Afabilidad: prestar atención, apreciar, animar. 

Es muy importante prestar atención a la gente. El efecto Hawthorne demuestra que la gente, más que mejores condiciones de trabajo, busca que estén pendientes de ellos. Y la mejor forma de prestar atención es la escucha activa, que consiste en tratar de ver las cosas como las ve el que habla, y no perderse en los propios pensamientos hasta tanto no hayamos escuchado atentamente todo lo que tenían para decirnos. Prestar atención a la gente es un acto de amor primordial. 

Humildad: ser auténtico y sin pretensiones ni arrogancia. 

Consiste en conocerse verdaderamente a uno mismo, y reconocer las propias limitaciones. 

Respeto: Tratar a los demás como si fueran gente importante. 

De hecho la gente es importante, cada uno tiene su función. Los vendedores no son menos importantes que los jefes, ya que son ellos quienes están más cerca del cliente y son quienes colocan los productos. Sin ellos, gran parte de la producción sería inútil. El todo está compuesto por la suma de las partes. 
Generosidad: Satisfacer las necesidades de los demás. 

La generosidad, al contrario del egoísmo, se basa en satisfacer las necesidades de los demás, en algunos casos hasta sacrificando o posponiendo las propias si el fin lo requiere. 

Indulgencia: No guardar rencor cuando uno es perjudicado. 

Consiste en ser abierto y franco con los demás, respetuosamente. No significa que nada pueda molestarnos, o que debemos aparentar que todo está bien, sino que hay que enfrentar las situaciones, y hacerlo de forma positiva, para que produzcan resultados mejores para todos y no se guarden rencores. Al hablar y compartir sentimientos se alivian las tensiones. 

Honradez: estar libre de engaños. 

Significa que uno debe dar la mayor cantidad de información posible, decir siempre la verdad, no esconder lo malo ni tampoco exagerar lo bueno. 

Compromiso: atenerte a tus elecciones. 

Implica soportar los resultados ya sean positivos o negativos. Generalmente la gente está dispuesta a implicarse, no a comprometerse. El líder comprometido procura un desarrollo personal integral y una mejora continua, lo cual requiere un compromiso de hacer ese esfuerzo continuamente, para llegar ser el mejor líder que sea capaz de ser. 

Amor, compromiso y liderazgo implican esforzarse al máximo por los demás. El resultado es servicio y sacrificio: dejar a un lado tus propios deseos y necesidades y buscar lo mejor para los demás. Una vez que forjamos esta autoridad con la gente, es cuando merecemos llamarnos líderes.



con texto hallado en monografias.com









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