AUTONOMÍA UNIVERSITARIA EN EL PASO DEL TIEMPO

¿Cuáles son los campos de fuerza que históricamente han disputado el poder intelectual como la autonomía de la universidad como institución durante el periodo medieval, moderno y contemporáneo?

La Universidad como institución a lo largo del tiempo ha tenido que enfrentarse a diversos desafíos y retos que en variedad de ocasiones cuestionan sus bases mas fundamentales, su existencia y prevalencia con el cambio de los tiempos. Los campos de fuerza que han disputado el poder intelectual en la autonomía universitaria han sido múltiples, variables, pero todos coinciden en fomentar una crítica abierta o reflexión, afín a su época, que propicia debates que van desde lo ideológico hasta lo económico. En el periodo medieval esos campos de fuerza de estructuraron con base en el lenguaje del poder y los derechos. Como no puede ser sorpresa el poder monárquico representando en la corona, el eclesiástico representado en la cruz y el del asentamiento geográfico representado en la ciudad o municipio fueron pilares de la construcción del ideal universitario. 

La distribución de los poderes y atribuciones habidas entre maestros y alumnos, rectores o cancilleres y su administración son el ejemplo evidente de una sociedad estructurada para administrar recursos, aplicar sanciones y lograr el estatus aunado a una formación profesional en la que los conocimientos producidos y transmitidos potencien una libertad de indagación y crítica, además de los alcances de la licencia para la enseñanza y facultad de examinar. Las universidades que se afincaron a este conjunto de ideales fueron: Bolonia, París, Montpellier, Oxford, Padua, Salamanca y Cambridge, entre otras. En este sentido son instituciones dedicadas a la producción y difusión de las ideas que en buena medida preparaban a elites eclesiásticas y civiles. En resumidas cuentas, los campos de fuerza en la edad media se ajustaron a la formación arraigada al sentir eclesiástico y monárquico para la titulación de comunidades del clero y elites civiles de su época. Las libertades e inmunidades que tenia la institución para la época daba una atmosfera de poder y privilegio muy moralista en la que cada entidad tenia estatutos propios y cierta autoridad sobre lo ocurrido dentro de sus predios. La universidad se sostenía por recursos internos como aranceles, multas, pago por exámenes y derecho a graduación además de impuestos internos cobrados a los estudiantes de una a dos veces por año cursado. También había ingresos externos ya sean pagados por el rey o la ciudad o donaciones, beneficios eclesiásticos y legados.

En el periodo moderno los campos de fuerza se adaptan al tiempo. En este momento las universidades ya eran parte de estados nacionales y su modelo se extendió por las Américas, Asia, África y el pacífico. Como rasgo distintico se instalaban en propiedades modernas y se concebían como una manifestación pura de este contexto. La ida de la creación de un cuerpo de intelectuales como propulsores de un país moderno se popularizó en gran medida y de forma paulatina las universidades empezaron a crecer en numero de estudiantes, aunque aún así no era tan fácil para todos ingresar a este modelo. En este momento se potenció un sistema de instituciones intelectuales bajo el mando universitario y es así como se crean las facultades de medicina o ingeniera especializadas cada una en su rubro. La secularización fue además de la idea de renovación el mayor desafío de este tiempo. Resquebrajar lo que hasta hace poco era considerado lo ideal a otro fue complicado. Dejar el proceso intelectual de orden religioso y pasar a uno laico implicó un reto que tuvo que darse. Otro cambio trascendental fue el cambio en la función básica de la universidad más allá de impartir conocimientos, ahora también estaba al servicio de otros intereses sobre todo a las nacientes clases medias y a la burocracia estatal. El modelo napoleónico y el humboldtiano, además del francés y el prusiano contribuyeron de forma positiva esa identidad propia de la modernidad. En este espacio la universidad se convirtió en el objeto de las políticas nacionales de educación de cada estado. 

La universidad moderna, es claramente producto del mecenazgo estatal, a diferencia de las universidades antiguas que habían dependido del pago de los estudiantes y el favor de los reyes y las cortes, los papas y obispos, y los grandes burgueses de las ciudades prósperas. Con el paso del tiempo la matricula universitaria comenzó a subir de valor además de la cantidad de alumnos inscritos, pero no tan alta como podría pensarse, fue un crecimiento sumamente paulatino. La universidad siguió siendo concebida como un lujo más que un servicio y abierto a minorías con alto poder político y/o económico. Las dos guerras mundiales son una coyuntura que cohesionó en buena media el numero de estudiantes y el fortalecimiento de estas instituciones en Europa y su vinculo con el resto del mundo. Como punto notable con el paso de los años surgen múltiples otros tipos institucionales: las grandes escuelas francesas, los colleges ingleses, los institutos tecnológicos y politécnicos, las universidades dedicadas a las artes mecánicas, las modernas universidades católicas, las universidades dedicadas solamente a lo docencia de primer grado, etcétera.

En el periodo contemporáneo pese a promulgarse deseos de gratuidad en la educación sube a la par el capitalismo como corriente mundial que a su vez imprime en la educación un factor de servicio pagado, inmerso dentro del mercado y se empieza a hablar del “capitalismo académico”. A la par de movimientos estudiantiles que abogan por una educación universitaria gratuita y de calidad otros reconocen la necesidad impetuosa del dinero como base estructural de las relaciones sociales humanas. La universidad ha visto reducida su capacidad de autorregulación interna y ha debido entregar –habitualmente a agencias oficiales y a dispositivos de tipo mercado– la inspección, regulación y control de la calidad de sus procesos y resultados dentro de un esquema que las obliga a evaluarse, a acreditarse, a informar a sus clientes y el público, a rendir cuenta y asumir responsabilidades frente a la sociedad y el gobierno.


¿Por qué actualmente la universidad como institución ha perdido el monopolio sobre la producción del conocimiento, sobre el valor del cambio y simbólico de los títulos o credenciales que otorgan y sobre la capacidad de autorregularse en función de sus propios ideales e intereses formativos?

Por las necesidades que plantea el mercado hoy. La universidad ya no es el único método viable de educación que garantice una estabilidad económica. Según palabras del autor base de este análisis: La universidad es introducida así en un campo de fuerzas que ya no puede controlar ella sola desde la oferta. El poder intelectual y su fuego sagrado quedan sometidos entonces a los vaivenes, preferencias y elecciones de la demanda, a las oportunidades que crea el mercado y a las regulaciones que, a la distancia, disponen los gobiernos.

Además de lo anterior la autonomía universitaria es puesta en duda hoy por la injerencia de los gobiernos, la maleabilidad de estatutos universitarios y la capacidad de autorregularse se ve subyugada al factor económico. El valor simbólico de los títulos también ha mermado, fenómenos como los que plantea la virtualidad hace que a través de cursos, seminarios u otras actividades se logre conocimiento en poco tiempo con habilidades practicas en la contemporaneidad que garantizan una estabilidad que a lo mejor la universidad clásica en tantos años de estudio no garantice en su totalidad. Por todo esto el autor plantea un incierto futuro para el modelo de universidad que hoy conocemos, quizás dentro de un siglo o mucho menos cambien las perspectivas y esta sea entendida de otra forma.


Análisis con base en el texto: La Universidad, sus derechos e incierto futuro. José Joaquín Brunner.








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